Liga Santander | La pelota de papel

En apuros aun con gente de la casa

  • Tanto el Celta como el Espanyol vienen apostando fuerte por su cantera, pero no parecen haber complementado bien esa inversión esta temporada

  • Figuran decimoctavo y vigésimo respectivamente

El Celta (12) y el Espanyol (11), son dos de los equipos que más canteranos han utilizado en lo que va de Liga.

El Celta (12) y el Espanyol (11), son dos de los equipos que más canteranos han utilizado en lo que va de Liga. / Departamento de infografía

Cuando ya se adivina el ecuador de la Liga en posiciones de descenso comienza a encapotarse el cielo. Poco a poco el horizonte se les está haciendo gris al Espanyol y al Celta, dos clubes históricos que coleccionan 85 y 54 campañas en Primera respectivamente. Casualidad o no, hay un denominador común en el cauce reciente de uno y otro: ambos han hecho una fuerte apuesta por la cantera de cara a este ejercicio 2019-20.

Y es que el vigués y el barcelonés están entre los cuatro equipos del campeonato que han utilizado más canteranos en lo que va de curso. Doce jugadores formados en sus instalaciones de A Madroa ha tenido en cuenta el Celta hasta el momento. Su proceso es especialmente significativo, pues durante el mercado de verano el conjunto celeste hizo un firme alegato por traer de vuelta a jugadores “de la casa” que llevaban años lejos de Balaídos. Se habló de que el propio Iago Aspas contribuyó a base de whatsapps y llamadas telefónicas a convencer uno por uno a los elegidos.

Denis Suárez, Santi Mina o Pape Cheikh –senegalés, pero llegado al Celta en edad de cadete– llegaron al proyecto mientras lo dejaban otros como Roncaglia, Maxi Gómez o Radoja lo abandonaban. Isto vai de corazón, repetía en gallego el Celta en las redes sociales. Sonaba de fábula, pues en la plantilla celeste ya había jugadores con ese mismo grado de identificación. Son los casos de Hugo Mallo, que llegó al club siendo infantil de segundo año, Brais Méndez o Rubén Blanco.

Pese a estar las ideas muy claras en su planificación, no se puede decir que al Celta le esté saliendo bien esta jugada. Aunque comenzó ganando al Valencia o sacando un punto del Sánchez-Pizjuán ante el Sevilla, el rumbo del equipo que había arrancado en manos de Escribá se fue torciendo paulatinamente. Después de encajar los vigueses cinco derrotas entre las jornadas 7 y 11, el técnico fue destituido. Bien es cierto que la fortuna le estaba siendo esquiva al Celta, pero tanto en la entidad presidida por Carlos Mouriño como entre los aficionados celtiñas existía la sensación de que el talento de la camada reunida estaba siendo desaprovechado.

Sin embargo, aun con un entrenador más propositivo como Óscar García a las riendas, el equipo no acaba de arrancar. Habiendo sido interrumpidos por las lesiones Rafinha o Mina y con un Denis Suárez que ha ido claramente de más a menos, el desempeño ofensivo de los gallegos está dejando que desear. Son el tercer conjunto menos goleador de la categoría. Y cinco de sus 12 goles han llevado la estampa de Aspas. La igualada en Vigo ante el Valladolid (0-0) y el revés en Leganés (3-2) dejan el triunfo del 24 de noviembre en Villarreal en un espejismo.

No es mejor la situación del Espanyol, al que tampoco le ha acabado de funcionar el relevo en el banquillo. Si el Celta tiene 13 puntos, el cuadro perico sólo contabiliza nueve de los 48 que eran posibles y su temor va in crescendo.

Al igual que la escuadra gallega, el Espanyol pareció confiar ciegamente en su cantera este verano, tras el que afrontaría una campaña de tres competiciones simultáneas por primera vez en 12 años. Pudo invertir más en refuerzos, sobre todo a raíz del millonario traspaso de Borja Iglesias al Betis, pero prefirió dar continuidad al bloque de jóvenes que tan bien había respondido en la temporada pasada.

Entre las altas del cuadro instalado en Cornellá estuvieron Bernardo Espinosa, Calleri, El Monito Vargas o Calero. A toro pasado es más fácil decirlo, pero quizás se debió hacer un esfuerzo mayor a la hora de armar el equipo. Sólo unas jornadas resistió el inexperimentado David Gallego en el cargo, al que remplazó Pablo Machín. El soriano parecía un perfil apropiado para reflotar el rendimiento de jugadores como Darder, Marc Roca o Melendo, pero los resultados no llegan. Es más, los pericos únicamente han sumado cuatro puntos de los últimos 24 en juego.

Seguramente con el ritmo cardíaco más alto de la cuenta, Machín fue explícito tras la derrota ante Osasuna (2-4). “Necesitamos tíos de verdad. Que sepan lo que es la Primera División y a poder ser hayan vivido situaciones jodidas como ésta. No podemos ir por ahí con pipiolos y dejando ventaja a los rivales”, protestó.

Aunque las ganas de jugadores como Adrià Pedrosa, Campuzano o el propio Roca sean muy útiles, parece evidente que en una Liga en la que se recluta a extranjeros tan preparados –y tan curtidos–, hay que buscar términos medios.

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