Mundial de Qatar 2022

Crónica Japón-España | Luis Enrique, ¿a qué hora es el próximo Twitch? (2-1)

Rodri salta con Yoshida en un momento del partido.

Rodri salta con Yoshida en un momento del partido. / Juanjo Martín | Efe

España estará en los octavos de final del Mundial de Qatar y se medirá el próximo martes a Marruecos. Hasta ahí los datos objetivos, los únicos que pueden conducir a cierta felicidad con la selección española. A partir de ahí, los subjetivos, las sensaciones, el equipo del innovador Luis Enrique le echó algunos litros de agua a un buen vino y le quitó toda la ilusión al país futbolístico con una segunda parte impropia de un combinado que aspira a conquistar su segunda corona.

Es más, España estuvo al borde del precipicio durante buena parte de ese lamentable segundo acto, concretamente desde que el segundo tanto de Costa Rica coincidía con la remontada de Japón. Era increíble, restaba aún mucho tiempo, pero lo peor de todo es que la escuadra de Luis Enrique, de ese hombres que se autoproclama como un volteador de malas situaciones, no transmitió ni la más mínima sensación de poderle dar la vuelta a la situación.

España, igual que Luis Enrique a tenor de lo que transmitía su rostro en la banda, sintió pánico, se hundió completamente con la posibilidad de una debacle y suerte, para la selección, que Alemania sí cumplió con su parte de profesionalidad y de orgullo. Los germanos sumaron tres goles más y de esta manera metieron a los hombres de rojo en la siguiente fase a pesar de los pesares.

Alemania sí fue fiel a la cita que había proclamado el 'streamer' en su canal de Twitch, pero Luis Enrique no era una pareja fiable, está claro, y se olvidó de que, según él, ambos habían quedado para la final. Surge el papel de comunicador del seleccionador y es inevitable no poder imaginar una serie de preguntas de las que él mismo reproduce por parte de sus seguidores. "Pedrito, de Cudillero, ¿cómo se puede perder de esa manera tan lastimosa contra Japón?"... "Anselmo, de Prendes, Lucho, ¿por qué has quitado, paisano, a Azpilicueta por Carvajal?"... "Ramonchu, de Cangás, ¿cómo decía usted que le gustaban las situaciones malas y el equipo ha sido un flan desde que ha sufrido la primera dificultad tras el intermedio?"... "Alberto, de Gijón, ¿cuándo va a volver al Sporting para explicarnos estas nuevas tecnologías? Me alegro que me hagas esa pregunta, será después de ganar el Mundial, yo tengo ese compromiso con todos mis futbolistas y lo voy a conseguir"...

Japón-España (2-1)

Ojalá tenga razón esa ficticia, y libre por supuesto, última respuesta del 'streamer' metido a seleccionador o del seleccionador metido a 'streamer', que ya no se sabe muy bien si el orden de los factores altera el producto o no. Pero ni siquiera el hecho objetivo de que este resultado pueda tener efectos positivos en el futuro, porque en teoría no es lo mismo medirse con Croacia que con Marruecos y porque también en ese mismo fútbol ficción debería ser mucho mejor limpiarse en esa trayectoria a la todopoderosa Brasil e incluso a Argentina.

Aunque la realidad es que la España de esta última cita contra Japón no invita a pensar en el futuro y sí en analizar el presente de una selección incapaz de reaccionar cuando sufre el primer golpe. Porque el equipo de Luis Enrique ya se sintió noqueado con el gol de Alemania y estuvo a punto de irse a la lona en la última jugada de Sané, pero es que esta vez fue aún peor. Los golpes fueron dos consecutivos y definitivamente, en ese argot del boxeo, los españoles no resistieron la cuenta de diez, sencillamente arrojaron la toalla de forma lastimosa y rehuyeron de cualquier pelea.

Fue todo demasiado extraño porque en el primer periodo la comodidad fue absoluta. Japón, con su seleccionador tomando notas en una libreta al minuto del litigio, decidió meterse atrás para esperar a la segunda mitad, justo como ante Alemania. Y el primer gol de España no tardaría mucho en llegar. Bastó una combinación de un costado a otro para desordenar a la nutrida zaga asiática. En la tercera jugada Azpilicueta centró muy cómodo y Morata pudo cabecear de manera no menos fácil. El delantero del Atlético de Madrid estaba absolutamente solo en el área pequeña y su testarazo picado era un seguro de gol.

España había hecho lo más complicado ante un adversario así, tan propenso a encerrarse atrás, que es marcar muy prontito. Pero el plan de Japón que figuraba en la libreta de su entrenador no se iba a alterar lo más mínimo. Los azules siguieron esperando atrás a los rojos y permitieron que éstos tocaran una y otra vez sin cesar.

La escuadra de Luis Enrique no se podía sentir más cómoda. Japón no presionaba y el balón iba de un lado a otro sin apenas riesgos de que se escapara la posesión, que llegó a alcanzar índices casi absolutistas. España caminaba durante algunas fases del juego con un 85 por ciento, mientras que su rival se tenía que desesperar con un 15 por ciento.

Pero todo cambió en un abrir y cerrar de ojos. Se preveía la salida de Japón a atacar y España tembló de manera increíble. Encajó dos goles y a partir de ahí nada fue igual. Los cambios llegaban uno detrás de otro, pero los síntomas de mejoría no se producían tampoco ocasiones claras para empatar salvo un tiro de Asensio muy al final y otra llegada de Dani Olmo. Menos mal que Alemania sí cumplió con su parte del trato... 

En fin, habrá que esperar a que el 'streamer' se olvidé de esa faceta y sí sea capaz de revertir la situación con una labor sicológica que es más que necesaria para que España se vuelve a sentir poderosa. Pero después de este esperpento, las esperanzas son cero. Ojalá todos estemos equivocados menos Luis Enrique. Por cierto, ¿a qué hora es el próximo Twitch?

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