Fútbol femenino

Los retos están en los números

  • La disputa entre la patronal y las jugadoras por la profesionalización es síntoma del ascenso mediático del fútbol femenino en España

Lola Gallardo, guardameta del Atlético de Madrid, atrapa el balón y evita el remate de la barcelonista e internacional española Alexia Putellas.

Lola Gallardo, guardameta del Atlético de Madrid, atrapa el balón y evita el remate de la barcelonista e internacional española Alexia Putellas. / rodrigo jiménez / efe

En cuatro años de crecimiento sostenido, los que se comprenden entre 2015 y 2019, el sector del fútbol femenino en España ha empezado a intuir que puede dejar de ser deficitario.

Antes de este período no existía ni un patrocinador ni un operador de televisión que pagase por el producto. En estos años, sin embargo, de la mano de los clubes, de LaLiga y de Iberdrola se han empezado a evidenciar síntomas de crecimiento en el sector, merced a su mayor visibilidad.

El pasado Mundial de Francia, por ejemplo, dejó en Gol una audiencia acumulada de más de 12 millones de espectadores, con un promedio de 280.000 por partido. Cifras inimaginables hace sólo un lustro.

Mediapro adquirió también los derechos audiovisuales de 13 de los 16 conjuntos de la Primera División. Los clubes pertenecientes a la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino -todos a excepción del Athletic Club, el Barcelona y el CD Tacón, que negocian esta venta al margen- cedieron sus derechos a la operadora a cambio de 2.437.500 euros por cada una de las próximos tres cursos. Aunque el reparto no será lineal entre las 13 entidades.

Los sindicatos reclaman un salario de 17.000 euros anuales para las futbolistas

Gol será, en cualquier caso, uno de los escaparates del fútbol femenino durante la temporada que viene. Ofrecerá dos partidos en directo por jornada de la máxima categoría del fútbol femenino español.

Las emisiones arrancarán el fin de semana del 7 y 8 de septiembre con el Sporting de Huelva-Atlético de Madrid y el Madrid CFF-Betis de la jornada inaugural de la renombrada Primera Iberdrola. Así es como será conocida a partir de esta temporada y hasta el curso 2024-25 la extinta Liga Iberdrola.

Con ese giro, la Real Federación Española de Fútbol toma un nuevo posicionamiento con respecto a la disciplina. Si antaño los clubes denunciaban el "abandono" del ente federativo, ahora las voces que se alinean junto al presidente de LaLiga, Javier Tebas, reclaman "que no toque lo que funciona".

Desde la RFEF, en cambio, defienden su gestión desde la llegada a la presidencia de Luis Rubiales. Con él se han incorporado como patrocinadores de la selección femenina Seat, Caixa Bank, Seur, Sanitas o Halcón Viajes y se ha creado la Supercopa.

Por otro lado, también se ha impulsado la Copa de la Reina y se ha reformulado el modelo de Primera y Segunda en busca de la "profesionalización del sector", con nuevas exigencias a cumplir por los clubes también en cuanto a instalaciones de entrenamiento y de juego. Y es que el fútbol femenino en España todavía puede considerarse amateur.

Algunas entidades han adquirido con sus jugadoras el compromiso de mejorar sus condiciones a la espera del acuerdo con los sindicatos por el primer convenio del fútbol femenino en Españas. La parcialidad y el salario mínimo mantienen distanciados a la patronal y las futbolistas.

La Asociación de Clubes defiende que su propuesta para la próxima temporada de 14.000 euros anuales con una parcialidad mínima del 50 por ciento -lo que garantiza 7.000 euros anuales a la futbolista que menos cobre- recoge la realidad económica del sector y supone "una mejora evidente en las condiciones en las que actualmente se encuentra la competición y una base sobre la que trabajar en la mejora de la competición".

Por el contrario, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), sindicato mayoritario en la negociación, solicita a los clubes "que modifiquen su posición en el tema de la limitación de la parcialidad para poder plantear alguna alternativa".

La petición sindical asciende a 17.000 euros anuales con una parcialidad mínima del 75%, lo que garantizaría un mínimo de 12.750 euros a cada jugadora.

Desde la Asociación de Clubes replican que esa petición compromete la supervivencia económica de los clubes, especialmente, de los no dependientes de una estructura masculina. Y hay cuatro entidades de esa condición en la máxima categoría -UD Granadilla Tenerife, Madrid CFF, Sporting de Huelva y EDF Logroño-, que serían cinco de no ser por la absorción del recién ascendido CD Tacón por parte del Real Madrid. La entrada del gigante blanco tras esta primera temporada de transición debería dar un nuevo impulso, tanto económico como deportivo, a una competición que en el último lustro creció con la rivalidad entre el Athletic, el Atlético y el Barcelona.

La entidad azulgrana, precisamente, va a la cabeza de esa pretendida profesionalización y también de la gestión comercial. El conjunto catalán, finalista en la pasada edición de la Liga de Campeones, ha empezado a comercializar la camiseta de su equipo femenino de fútbol, que cuenta con Stanley como patrocinador propio. La inclusión del equipo femenino el pasado año en la gira por Estados Unidos fue otro síntoma de la apertura de ese mercado.

Iniciativas como esa o la imagen de las gradas de San Mamés o del Wanda Metropolitano llenas hasta la bandera refuerzan la idea de que el fútbol femenino será rentable a medio plazo después de años en el anonimato. El sector se siente en crecimiento, aunque al mismo tiempo, no quiere ser víctima de su propio éxito y reclama prudencia para consolidarse.

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