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Alegría para la Real, lágrimas en el Dépor

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La Real Sociedad acabó la temporada con la alegría de clasificarse para la Liga de Campeones gracias a la derrota del Valencia en Sevilla y a su victoria en Riazor (0-1) ante el Deportivo, al que mandó a la Liga Adelante con un gol del francés Griezmann.

El equipo coruñés, que jugó con uno más los últimos seis minutos de partido por expulsión de Markel Bergara, no pudo con el fantasma de hace dos temporadas, cuando también se fue a Segunda en la última jornada del campeonato ante el Valencia, que, al igual que la Real Sociedad, vestía de naranja.

El Deportivo, como entonces, dependía de sí mismo para salvarse, salió revolucionado, buscó el gol desde el pitido inicial y a punto estuvo de encontrarlo en los primeros segundos con un disparo de Bruno Gama desde la frontal del área, pero al igual que hace dos años, comenzó a fracasar en su intento de salvarse.

La Real, que dependía del resultado del Valencia en el Sánchez-Pizjuán y apenas tenía el balón en el césped de Riazor, se metió en su campo, preparado para contraatacar, y amenazó a Aranzubia a los seis minutos con un disparo de Carlos Vela.

Un resbalón de Manuel Pablo posibilitó el ataque de Agirretxe, que obligó a lucirse a Aranzubia antes de que el balón le cayera a Griezmann, que marcó a placer.

El Deportivo quedó tocado y la Real calcó la jugada del gol pasada la media hora, esta vez con un disparo de Carlos Vela que despejó el portero blanquiazul y que Griezmann culminó, por suerte para los deportivistas, en fuera de juego. Los cerca de mil aficionados que acompañaron a la Real Sociedad en Riazor saltaron de alegría a falta de cinco minutos para el descanso, no porque su equipo marcara, sino porque el Sevilla se levantaba ante el Valencia y la carambola colocaba a los vascos en zona de Liga de Campeones.

Fernando Vázquez refrescó el equipo con la entrada de Diogo Salomao y, como el resultado no se movía, arriesgó con la entrada de un segundo delantero, Nelson Oliveira, por un defensa.

El Deportivo apretó un poco más, forzó un poste y propició que el rival se quedara con un jugador menos. Pero no era suficiente para salvar los muebles.

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