El Hércules se impuso sin brillo a un Alicante que ayer descendió a Segunda B en el derbi de la capital de la Costa Blanca (1-2), lo que permite mantener vivas las opciones matemáticas de ascenso a Primera División.

De cualquier forma, los de Mandiá lo tienen complicado, ya que a falta del Tenerife-Xerez de esta tarde mantienen tres puntos de desventaja sobre los tinerfeños, mientras que el Zaragoza se ha escapado a cinco puntos con seis por disputar.

Los primeros 45 minutos fueron para el olvido, especialmente de un Hércules que daba la sensación de no creer ya en las matemáticas para luchar por el ascenso.

El conjunto dirigido por Juan Carlos Mandiá dominó el balón, pero no creó peligro sobre la portería defendida por Queco Piña en ni una sola oportunidad.

Baste decir que un remate sin demasiada mordiente de Rubén Navarro, en el minuto 43, fue la única ocasión en la que el Hércules estuvo algo más cerca del gol.

El Alicante, por su parte, ya tenía asumido su descenso a Segunda B desde hace jornadas a pesar de que existía una pequeñísima probabilidad de permanencia. Con todo, los alicantinos supieron jugar sus armas, que pasaban por defender su portería -algo que hizo bien- e intentar pillar al Hércules al contragolpe, aunque tampoco se prodigó en exceso.

Eso sí, en el haber del equipo de José Carlos Granero cabe destacar que arrastraba nueve bajas y jugó de inicio con cuatro futbolistas del filial, de Tercera División, que no desentonaron en absoluto.

Tras el descanso, sin hacer nada del otro mundo, el Hércules se llevó los tres puntos. Apenas en cuatro minutos, el conjunto de Mandiá ya había marcado el 0-1 por medio del internacional colombiano Abel Aguilar. Y en el 69', Rubén Navarro cabeceó a la red un saque de esquina para evitar cualquier tipo de incertidumbre en el resultado en los minutos finales.

El canterano Cristian López, en cualquier caso, se empeñó en dar emoción al choque y a falta de seis minutos marcó de cabeza un gol que resultó infructuoso.

A pesar de todo, el Alicante intentó empatar por todos los medios y en el último instante el portero Queco Piña remató por encima del larguero un saque de esquina.