Amistoso

Amueblando la casa (77-55)

  • La selección española se pasea ante una poco rodada Turquía. Una defensa impecable y el liderazgo del capitán Navarro, las claves del equipo entrenado por Orenga.

La selección española visitó ayer la que será su casa a finales de mes y le dio el visto bueno. Era el primer envite de entidad para los de Juan Antonio Orenga y lo solventaron con creces. No encontraron rival en un combinado turco que con las bajas de Turkoglu e Ilyasova no parece que vaya a ser uno de los cocos del Mundial. Una defensa sublime y el liderazgo de Navarro fueron las claves para el 77-55 definitivo.

Todo OK en la toma de contacto con Granada. El Palacio de Deportes lleno hasta la bandera, pese a que el 'enemigo' fútbol hacía la competencia por televisión, ha captado el mensaje y ya está totalmente volcado con el equipo español. Además, Orenga pudo hacer pruebas y rotar a gusto a sus jugadores para dejar todo bien atado.

El griterío ensordecedor del Palacio de los Deportes no fue suficiente para enardecer el espectáculo en un comienzo, que fue errático por parte de los dos equipos. Los primeros ataques del choque acabaron en pérdidas y fatuos tiros desde el exterior. Tomó la palabra el capitán Navarro, para el que volver al lugar donde debutó siempre es especial, y España tomó su primera ventaja con un parcial de 0-7, que obligó al técnico turco Ataman a parar el tiempo en el ecuador del primer cuarto. Ibaka, autor de dos mates de esos que hacen amistades con el público y enemistades con los rivales, continuó la fiesta que había inaugurado Navarro.

Por otra parte, un trabajo defensivo silencioso, de esos que según los expertos sirven para ganar campeonatos, no permitió a Turquía anotar hasta pasados cinco minutos del partido. Iba a ser la tónica del partido, con Turquía encomendada a las aisladas acciones soberbias del talentoso Omer Asik y al jugón pero intermitente Emir Prelzdic. Mientras tanto, la ligera ventaja en el marcador permitió a Orenga rotar a consciencia y evaluar, sobre todo, a su trío de bases que se lo pone difícil en cada amistoso. España superó la barrera de los diez puntos en el primer cuarto, aunque finalmente la diferencia se redujo a seis con un triple lejano de Guler sobre la bocina (20-14).

Los de Orenga elevaron la intensidad defensiva en el segundo cuarto, con un Ricky Rubio eléctrico que asfixió el inicio de jugada de los turcos. Con la canasta bien cubierta en defensa y la conexión entre el cuarteto de pívots, especialmente entre los hermanos Gasol, España fue despegándose poco a poco de su rival. La salida de Calderón a cinco minutos del descanso fue decisiva para dar un estirón en el marcador más allá de los diez puntos. Entre la inteligencia del de Villanueva de la Serena y el 'matador' Ibaka, el partido se iba al descanso 39-24. ¡Tan sólo diez puntos anotaron los turcos en el segundo cuarto!

A la salida de vestuarios, la defensa fue la clave para mantener la cómoda ventaja, ya que dicho sea de paso el ataque español tampoco tuvo un día excelso. El combinado nacional se gustó y, a veces, le faltó rematar la faena. Un tapón de Gasol que acabó en contraataque puso de manifiesto esa timidez de España, que miró en seis ocasiones al aro hasta que Calderón zanjó el asunto con un triple (47-28, minuto 22). Con 19 puntos arriba, España se dedicó al 'showtime' y no puso la puntilla a los otomanos, que se metían progresivamente en el choque gracias a Emir Preldzic y al jovencísimo Osman (47-36).

Los tiros libres fueron la mejor salida para el estancamiento en ataque y quién mejor que Navarro para anotar desde la línea de personal. El capitán tuvo dos triples para poner al Palacio patas arriba y archivar el encuentro. La pelota le hizo dos veces la corbata, pero no se le resistió una tercera con un tiro de tres en el último segundo del tercer acto (56-40). La canasta del barcelonista servía para bajar los humos de Turquía y, de paso, no perder ninguno de los cuatro cuartos.

Los dos entrenadores utilizaron los últimos diez minutos del partido como banco de pruebas. Orenga, generoso en la rotación, puso a todos en liza, incluido el invitado Dani Díez y pudo combinar muchas variantes en el puesto de base, mientras que los turcos. Un último cuarto de trámite dejó la diferencia lógica de 22 puntos (77-55) entre dos selecciones que juegan en ligas diferentes. Aunque eso se verá en un par de semanas cuando a España le dén las llaves de su casa para jugar el Mundial. Por lo pronto, ya la ha amueblado.

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