Mejor imposible. El Jerez Industrial inició la andadura en la Primera Andaluza goleando a domicilio a la UD Roteña, un recién descendido que a priori deberá estar luchando con los industrialistas por el ascenso a la División de Honor. El cuadro de Juan Pedro Ramos pasó por encima de su rival, se gustó en varios momentos del encuentro y, sobre todo, dio una sensación de equipo que sabe muy bien lo que quiere, bien plantado en el terreno de juego y apenas concediendo ocasiones a su adversario.

El técnico apostó por un equipo en el que Álex y Rodri jugaron en el centro de la defensa, mientras que Quintero se situó en el lateral izquierdo y Güiza en el derecho. Parra y Yuni formaron un centro del campo sólido mientras que Dani Castro jugó algo más adelantado, con Juanma Carrasco -se marcó un auténtico partidazo- y Piti en las bandas y David Casares en punta. Por si fuera poco, en el banquillo se quedaron jugadores de la talla de David Piñero, Jesús Vega y Alberto Gil, lo que viene a señalar el enorme potencial que tiene este Jerez Industrial que, de momento, ya mete miedo desde la primera jornada -ganar en el Puntas Vela y además goleando pocos lo pueden decir- y, si no media un resultado aún más apabullante, se coloca líder de la categoría.

El Jerez Industrial se adelantó en el marcador en su segundo acercamiento serio a la portería de Jesús. En el primero, ni Piti ni Casares alcanzaron el servicio de Carrasco desde la banda izquierda. Sí encontró rematador el extremo zurdo minutos después. Quintero, en el segundo palo, remataba al fondo de la red el medido centro de Carrasco. Empató la Roteña en su único acercamiento y lo hizo por medio de Álex Expósito, fiel a su cita con el gol. Antes del descanso, Juan Pedro tiró de los primeros cambios rotatorios dando entrada a Vega y Piñero. Entre ambos fabricaron una clara ocasión que fallaba el goleador industrialista. No fallaría en la siguiente, ya en la segunda mitad, rematando un centro de Dani Castro para poner el 1-2. Acto seguido, Carrasco coronaba su partidazo haciendo el 1-3 con el que quedaba sentenciado el encuentro. Aún quedaban otros dos goles más para deleite de los aficionados industrialistas. Moi hacía el 1-4 y Vega, al final del choque, empalaba de volea haciendo un gol de pañuelos.