Los tres representantes españoles que aún tienen intactas sus opciones de victoria resolvieron con solvencia sus compromisos de ayer y ya están en octavos, en el caso de Ferrer y Ferrero, y en cuartos, en el de Nadal, tras la conclusión de la séptima jornada del primer Grand Slam de la temporada, el Abierto de Australia.

David Ferrer y Juan Carlos Ferrero se enfrentarán en octavos -a última hora de la pasada madrugada o primera de esta mañana- tras deshacerse sin dificultades, en partidos que fueron aplazados el día anterior por la lluvia, de Vincent Spadea y de David Nalbandián respectivamente.

Ferrer se impuso a Spadea en una hora y 46 minutos después de tres cómodos sets. El número cinco del mundo no dio ninguna opción al estadounidense y, haciendo gala de un gran manejo del juego desde el fondo de la pista y de un excelente servicio, acabó con él y demostró que sigue en tan buena forma como acabó la pasada temporada.

Ferrero tampoco tuvo dificultades para doblegar a Nalbandián en tres sets, después de una hora y 44 minutos de juego. El de Onteniente movió al argentino por la pista a su antojo y resolvió la gran parte de los puntos con golpes ganadores y con un muy mejorado servicio que le reportó 12 puntos directos de saque.

El otro español en liza, Rafa Nadal, ya está en cuartos tras retirarse su rival, el francés Paul-Henri Mathieu, con molestias en el gemelo, cuando el mallorquín comandaba el partido por 6-4 y 3-0. El actual número dos del mundo salió a la pista muy concentrado y estaba haciendo un buen partido antes de que el francés se retirara.

Tras esta victoria, el manacorí se medirá al finlandés Jarkko Nieminen, 24º cabeza de serie y que venció al alemán Philipp Kohlschreiber, para tratar de pasar por primera vez en su historia de los cuartos de final, en los que cayó en la pasada edición.

La española Virginia Ruano, última representante nacional en Australia, se despidió de su participación en el torneo tras caer eliminada en tercera ronda a manos de la eslovaca Daniela Hantuchova en dos mangas, en un partido en el que la madrileña fue siempre a contracorriente y acabó por sucumbir ante la superioridad de su rival.