El fútbol vuelve a escribir una página negra en Jerez. La crispación que se vive en el ambiente futbolístico xerecista tras la llegada de Ricardo García al Deportivo alcanzó ayer su grado máximo. Un grupo de unos veinte violentos, que no se representan ni a ellos mismos, a cara descubierta y armados con palos, arrasaron la secretaría con los empleados dentro y destrozaron gran parte del mobiliario.

Según todos los testigos presenciales, en apenas unos minutos, la sede se convirtió en un campo de batalla y sólo la presencia de Manuel Gil, jefe de seguridad del club, evitó que se produjeran daños mayores y hasta personales.

El centro de todas las iras era el presidente xerecista Ricardo García pero pagaron los empleados de la entidad, trabajadores que no tienen la culpa de nada de lo que está sucediendo. En cuestión de segundos volaron cristales, sillas, banquetas, papeles, impresoras y todo tipo de material de oficina...

La histeria y los nervios se adueñaron de unos empleados que apenas tuvieron tiempo ni de llamar a la policía, que no tardó ni diez minutos en presentarse...

Entre las personas que se encontraban en ese momento en la secretaría, Vicente Moreno. Si no había tenido bastante con todos los malos momentos vividos en la entidad, ayer le tocó lo peor de lo peor. Su cara, lo mismo que la de la totalidad de los trabajadores, lo decía todo...

Las diligencias están corriendo a cargo de la Brigada de Información de la Comisaría de Jerez y fuentes policiales han asegurado a este Diario que no hay ningún detenido hasta el momento pero que trabajan con muchas pruebas para identificar a los responsables.

Si ayer, la Policía tuvo que acudir a la sede para escoltar a Ricardo García, ayer se encontró con trabajo extra y todo en el primer día de la campaña de abonados de la entidad xerecista.

Por otro lado, la rueda de prensa que debía ofrecer ayer el secretario del Xerez, Francisco Gallardo, quedó suspendida, ya que, a esa hora, se produjeron todos los hechos. Gallardo iba a explicar la situación en la que se encuentra el club tras el descenso.

Las empleadas del club, después de acudir al hospital, tienen pensado no regresar al trabajo y están a la espera de un informe médico.