El primer tiempo no fue especialmente vistoso, pero sí atractivo para el aficionado que gusta de otras cosas que no sean el preciosismo. Intensidad, tensión, pelea por ambas partes…, pero siempre con la Balompédica demostrándose superior.

La Balona se fue prodigando más en ataque y en el 27' una pared entre Miguélez y Manrique terminó con un lanzamiento de éste que, rozado por un defensa, se fue al fondo del marco.

El Puerto Real pensó que después del descanso empezaba otro partido y se acomodó antes del intermedio. Gran error. En el 45', Carlos Guerra remató de chilena un centro desde la izquierda y sentenció (2-0).

En la segunda mitad la Balompédica jugó de lista y pudo -y mereció- ampliar la humillación del equipo forastero, que bajó los brazos. Los locales se parapetaron atrás para ver venir a un rival que fue incapaz de encontrar un solo argumento para llegar al área de David Pérez.