La ilusión del triplete aún se mantiene viva en Múnich, pero exige al Bayern un maratón de finales con rivales ya definidos: el Real Madrid en Europa y el Borussia Dortmund en Alemania.

Karl-Heinz Rummenigge, presidente de la junta directiva de los bávaros, se esforzaba en Marsella por no hablar del Real Madrid. Pero finalmente expresó lo que todos pensaban: que a falta del duelo de vuelta en casa contra el Olympique y con ventaja de 2-0, el equipo español será el último obstáculo que separe al Bayern de la gran final de la Liga de Campeones en casa. "No se puede festejar, ahora vienen partidos difíciles cada tres días", explicó.

Diez partidos esperan al equipo de Jupp Heynckes en menos de 40 días. Pero el Bayern quiere uno más: la final de la Champions en su Allianz Arena. El Borussia Dortmund será su rival en la final de Copa en Berlín el 12 de mayo. Antes disputarán el 11 de abril entre ellos otra final: el Dortmund recibirá al Bayern en un partido de Liga con la etiqueta de trascendental.

Para entonces, el Bayern ya sabrá si jugará las semifinales de la Liga de Campeones con el Real Madrid de José Mourinho. El duelo parece hecho tras la amplia ventaja lograda por ambos equipos en la ida de los cuartos de final. El 17 de abril, el equipo español visitaría Múnich. Ocho días después, la vuelta en el Santiago Bernabéu.

"Es tremendo lo que tenemos por delante", dijo Heynckes entre ilusionado y asustado. No hay tiempo para el descanso. El entrenador se afana por recuperar plenamente a Schweinsteiger para el final de temporada y reza por que Arjen Robben, Franck Ribery y Mario Gómez no se lesionen.

La pasada temporada concluyó sin títulos. Ahora optan a los tres. Llegó el momento del todo, del nada o del algo. "Todo es posible", se ilusiona Ribery. Seis partidos de Bundesliga, tres de Liga de Campeones, una final de Copa ¿y otra de Champions en casa?