El Betis empieza radiante el año

El Betis anticipó los Reyes Magos con una victoria en La Romareda (1-2) frente a un Zaragoza que sólo recibió carbón y que continúa con una trayectoria nefasta en su estadio. El conjunto de Mel volvió a demostrar las razones por las que es un viajero temible en la actual temporada, en la que sólo es superado en números fuera de Heliópolis por el líder Barcelona, mientras que tuvo enfrente al tercer peor equipo en casa, que únicamente ha ganado tres encuentros de los nueve que ha disputado.

Los verdiblancos, una vez más al contragolpe, se hicieron con sus primeros puntos del año en un encuentro en el que les bastó el especial instinto de su goleador, Rubén Castro, que ya suma 10 tantos, para marcar el primero y un claro error en un pase local para que el recién incorporado Jorge Molina lograse el segundo y dejara el partido prácticamente sentenciado.

En la primera media hora, el férreo control en los marcajes de ambos conjuntos impidió cualquier acercamiento a las porterías. Todo el juego discurría en el centro del campo y nadie era capaz de fabricar una jugada para poner el balón en buenas condiciones cerca del cualquiera de las áreas.

Sin embargo, a partir del minuto 30 el conjunto aragonés gozó de sus mejores momentos porque consiguió combinar con acierto y encontrar huecos que antes no había en la defensa del equipo verdiblanco y también porque en la estrategia superaba a su rival, que pasaba por muchos apuros. Hasta en cuatro ocasiones el conjunto de Manolo Jiménez estuvo cerca del gol, pero en ninguna consiguió rematar ya que la defensa visitante andaluz estuvo muy rápida.

En pleno dominio del Zaragoza, los béticos enlazaron un rápido contragolpe, en el minuto 45, con un balón a Rubén Castro, que lo aprovechó a la perfección para adelantar a su equipo en el primer disparo entre los tres palos de los dos contendientes.

En el inicio del segundo periodo, Jorge Molina, que acababa de entrar, falló una clara ocasión, pero dos minutos después, en el 57, no perdonó un error en la entrega local en zona defensiva para anotar.

El Zaragoza intentó inquietar a su oponente adelantando más sus líneas, pero eso provocaba más peligro por la velocidad de las contras sevillanas. El Betis pudo anotar el tercero en el 70 con una doble ocasión de Rubén Castro que abortó el meta local Roberto.

Siete minutos más tarde, Paco Montañés reavivaba la llama de la esperanza al hacer subir el 1-2 al marcador en el primer disparo entre los tres palos de los locales, pero sólo fue un espejismo porque en el tiempo restante el Zaragoza desperdició una clara ocasión en una jugada personal de Apoño.