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Blatche, el hombre NBA del millón de dólares

  • El jugador nacionalizado filipino para esta Copa del Mundo pudo celebrar un triunfo en el Mundial.

Decía el miércoles Andray Blatche que no quería despedirse de la Copa del Mundo de España 2014 sin un triunfo. Quizás no haya otra selección en el torneo que lo haya merecido más, después de hacérselas pasar canutas a Croacia, Argentina y Puerto Rico, y ante Senegal era una final para sus jugadores, once filipinos y un NBA naturalizado: Blatche, el hombre del millón de dólares.

Y es que la nacionalización no es una cosa que se haga por amor, al menos en la mayoría de los casos. Unas veces sirve para que el jugador aumente su caché con un pasaporte que le permita dejar de usar una plaza de extranjero; otras, simplemente, para ganar dinero. La nacionalización de Blatche, aprobada por el senado tiene un precio: un millón de dólares con el compromiso de jugar este Mundial y el próximo Asiabásket. También Blatche, que ha cuajado un buen campeonato, se ha revalorizado para escuchar ofertas como agente libre en la NBA o, quién sabe, de Europa.

NBA es la palabra que retumbaba por San Pablo antes de ser sede del Mundial y, la que desde mañana, seguirá sonando, porque es el modelo que los nuevos rectores del Baloncesto Sevilla quieren para el club. En esa filosofía, evidentemente, no entra la charanga que estos días ha animado el recinto sevillano en los descansos. No es la idea. No debe serla. Quizá Jeffrey Meythaler, dueño de la entidad y que no se ha perdido ni una sola sesión, tenga otras ideas en mentes. Lo mismo habla con el grupo de animadoras que con miembros de los Sixers que se pasaron por el pabellón, desde su presidente, Sam Hinki, o el técnico, Brett Brown, que vieron en acción a Saric, drafteado por el conjunto de Philadelphia, a jugadores como Carter Williams, Nerlens Noel o Joel Embiid. Es el ambiente de Maythaler. Otro nombre NBA se dejó ver por San Pablo: John Hollinger, vicepresidente de operaciones de los Grizzlies, que además de echarle un ojo al griego Calathes, una de sus mercancías -así se ven los jugadores NBA porque las franquicias comercian con ellos-, puede que mirase algo más que pescar.

Con tanto pedigrí, incluido Alberto Herreros, director deportivo de la sección de baloncesto del Real Madrid que vio los partidos junto a José Luis Galilea, su homólogo cajista, y la paliza croata a Puerto Rico, quedó en nada el presunto plante balcánico contra su entrenador. Esas cosas, al fin y al cabo, sólo pasan en la NBA con el lockout.

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