Además del jamaicano Usain Bolt, estrella indiscutible del Mundial de Berlín con sus tres oros en velocidad, el otro atleta que destacó por sus logros fue el etíope Kenenisa Bekele, que logró el primer doblete de medio fondo (5.000/10.000) de la historia.
El tercer nombre propio de este Mundial fue el de la sudafricana Caster Semenya, ganadora de la medalla de oro de 800 metros, debido a la controversia sobre su sexo y la federación internacional de atletismo (IAAF) ya ha comenzado una investigación para saber si es hombre o mujer.
El jamaicano Usain Bolt fue el verdadero héroe del Mundial al lograr tres medallas de oro, igual que había hecho en Pekín, con récords incluidos en 100 metros (9.58) y 200 metros (19.19).
Sólo le faltó el récord mundial de 4x100, donde también se colgó el oro, para igualar completamente la hazaña de la capital china.
"¿Si me estoy acostumbrando a ganarâ Uno nunca puede acostumbrarse", afirmó el velocista jamaicano de 23 años. "Ganar tres oros en Berlín es maravilloso y estoy orgulloso de mi mismo", añadió.
Bolt reiteró que "todavía" no cree que sea una leyenda y que quiere continuar engordando su palmarés en el futuro. "Año a año, quiero ir siendo campeón, una y otra vez", dijo.
Por su parte, el etíope Kenenisa Bekele logró el doblete en las pruebas de medio fondo (5.000/10.000 metros).
El atleta africano de 27 años, que había logrado también el doblete en los Juegos Olímpicos de Pekín, nunca había alcanzado esta hazaña en un Mundial, donde había ganado en tres ocasiones la prueba de 10.000, que fueron cuatro consecutivas tras vencer en Berlín, pero sin tener ningún título de 5.000.
El etíope es el primer atleta que consigue el doblete en la categoría masculina en las pruebas de 5.000 y 10.000 metros en un Mundial.
Por último, la tercera gran protagonista del Mundial, por su éxito y por la controversia que generó, fue la sudafricana Caster Semenya, que con sólo 18 años ganó el oro en 800 metros, debido a las dudas sobre su feminidad.
Hasta su propio entrenador, Michael Seme, se da cuenta de que las dudas sobre su sexo son comprensibles, tras las experiencias que ha vivido con la atleta.
"Puedo darles el número de teléfono de sus compañeras de habitación en el Mundial de Berlín. Ellas ya la han visto desnuda en las duchas y no tiene nada que esconder", afirma cuando le preguntan los periodistas sobre su protegida.
Las incógnitas son grandes sobre esta joven sudafricana de la provincia de Limpopo, cuyo deporte favorito era el fútbol y jugaba de lateral izquierdo.
Su musculatura, el vello facial y la apariencia general de la atleta hacen que la IAAF se haya obligado a iniciar pruebas que pueden durar semanas y que si demostraran que es un hombre implicarían su descalificación y la devolución de la medalla.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios