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Cáceres da la de arena en el estreno

  • El saltador de longitud firma el primer fiasco en Estambul para España, que mete en las finales a Beitia, Méliz, Abad y Macías

Luis Felipe Méliz (longitud), Ruth Beitia (altura), Javier Abad e Isabel Macías (1.500) lograron plaza de finalistas en el arranque de los Mundiales en pista cubierta, cuya primera jornada deparó para España el fiasco de Eusebio Cáceres, la que era principal baza nacional para lograr una medalla, en una criba de longitud relativamente barata.

Cáceres dio la de arena, eclipsado por Méliz, en la calificación de longitud, en la que el canguro de origen cubano voló en su primer salto hasta los 8,10, la segunda mejor marca de los 15 competidores, mientras que el campeón de España se quedó fuera con 7,71. Para acceder a la final bastaba con ocho metros justos, pero la marca resultó insuperable para un atleta que esperaba estar cerca de las medallas. El alicantino empezó con 7,37, mejoró hasta los 7,71 y terminó con 7,67, undécimo en un concurso de escaso nivel en el que se pasó a la final con 7,89.

Mientras, los dos ochocentistas sevillanos, Antonio Reina y Luis Alberto Marco, superaron la primera criba, aunque de distinto modo. El primero, ganando su carrera; el segundo en la repesca por tiempos. Reina disfrutó de una cómoda primera serie. Le bastó con seguir al líder mundial del año, el polaco Adam Kszczot, para imponerse, sin apretar en los últimos metros, con un tiempo de 1.50,02. Pasaban a semifinales los dos primeros y seis más por tiempos. Marco salió en la cuarta serie con la cuarta marca (1.48,00) entre los seis corredores. Aguantó el ritmo del británico Joe Thomas (55,62 al paso por los 400) y entró cuarto en la última curva, pero no pasó de ahí en la breve recta final. Su marca de 1.50,13 le obligó a esperar el desenlace de las dos pruebas restantes para saber que entraba por tiempos.

Por su parte, Beitia esperó a que el listón subiera hasta los 1,83 metros para ejecutar su primer salto. Superó la altura sin problemas. En 1,88 rozó el listón, pero no lo derribó. A continuación saltó, siempre a la primera, 1,92. Su primer fallo se produjo en 1,95, justo la marca que abría directamente las puertas de la final. No pudo con ella, pero con 1,92 le bastó para estar entre las ocho mejores (séptima).

El madrileño Ángel David Rodríguez, capitán del equipo, se clasificó por segunda vez consecutiva para las semifinales de los 60 metros y, como en Doha 2010, ganando su serie por delante del jamaicano Nesta Carter con una marca de 6,64 segundos, la mejor de todos los participantes compartida con el renacido estadounidense Justin Gatlin.

España también tendrá representación en la final del 1.500, tanto en hombres como en mujeres. Javier Abad, reciente campeón de España, aprovechó la sexta y última plaza de repesca para meterse en la lucha por el podio en una carrera en la que puede "desde quedar el último a estar cerca de las medallas", anunció. En la final, le bastará con no acabar el último para mejorar la actuación española en Doha 2010, ya que entonces Diego Ruiz cerró la lista. A David Bustos le tocó la primera serie, en un grupo que permaneció compacto al ritmo marcado por el turco de origen keniano Ilham Ozbilen, que cambió a 400 metros del final. Bustos cruzó sexto el penúltimo paso por meta y acabó eliminado con un tiempo de 3.43,66. En cuanto a las chicas, Isabel Macías, campeona de España de la distancia tanto al aire libre como bajo techo, fue segunda en su serie (4.11,53) y buscará en la final la mínima olímpica (4.06,00).

En otras disciplinas, Víctor García cayó en 3.000 con 7.59;85; Patricia Sarrapio no fue capaz de hacer un solo salto válido en triple; Borja Vivas se despidió en la calificación de peso con 18,94 y dos nulos; y Paula Rodríguez fue última de su serie de 3.000.

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