Un español al frente de la ronda de calificación de longitud en alta competición es un suceso insólito que ayer se hizo realidad gracias a un alicantino, Eusebio Cáceres, que con la insolencia de sus 21 años ha demostrado abiertamente sus pretensiones de podio. Fue visto y no visto. Se afirmó en cabecera de pista, tomo carrerilla, ajustó la batida a la tabla, despegó, disfrutó del vuelo y aterrizó 8,25 metros más allá en su primer brinco. Se pedían 8,10, de modo que pudo recoger su mochila y regresar al hotel para pagar el déficit de sueño que había acumulado en una noche sin pegar ojo. "He tenido mucha suerte porque esta noche lo he pasado un poquito mal, me estaba resfriando y no he podido dormir nada. Ha sido una suerte que pudiera clasificarme en el primer salto y marcharme", comentó.

Sólo tres pudieron superar la marca de calificación. Además del español, el sudafricano Gorfrey Mokoena (8,16), subcampeón olímpico en Pekín, y el ruso Alexander Menkov, que para Cáceres es, sin ninguna duda, el favorito para el oro. "Menkov sigue siendo el rival. Lo he visto con una carrera corta, y aun así ha saltado 8,11. En la final será otro cantar. Este año ha saltado varias veces por encima de 8,30 y aquí puede agarrar algún salto de 8,50", indicó Cáceres.

Tampoco descarta al tetracampeón mundial Dwight Phillips, incluso cuando anda renqueante de una lesión. El estadounidense se ha metido en la final con 7,95, su mejor marca este año. "Se está escondiendo un poco, pero he oído decir que va a intentar su quinto título y seguro que va a dar guerra", piensa.

También pasó a la final Dolores Checa, que se clasificó por tiempos en los 5.000. La fondista de 30 años corrió en la segunda serie y conociendo el crono de la primera decidió tirar del grupo desde el principio en busca de asegurar al menos uno de los cinco lugares que se reservaban por tiempos. No pudo aguantar el ritmo de las mejores, pero pasó a la final como novena de su serie con un crono de 15.43,73 minutos.

Menos suerte tuvo David Bustos, que cayó eliminado en la primera ronda del 1.500 tras sufrir dos tropezones en los últimos metros de la carrera.