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El Cádiz canta bingo

  • El equipo amarillo culmina la proeza de levantar un 1-2 en contra con cinco goles al Betis

  • El Villamarín abroncó a los suyos y señala a Setién

Los jugadores del Cádiz se abrazan ante la desolación bética.

Los jugadores del Cádiz se abrazan ante la desolación bética. / antonio pizarro

El Cádiz desarboló al Betis e hizo hasta cinco goles en el Benito Villamarín y se clasificó para los octavos de la Copa, de la que queda apeado un conjunto el verdiblanco al que el rival le sacó los colores y sus carencias.

Con un 1-2 para los béticos en la ida disputada hace cinco semanas en el Ramón de Carranza, lo lógico era que el equipo de Primera sentenciara el pase en su campo ante un rival de categoría inferior.

En este periodo, no obstante, las dinámicas de ambas formaciones se han transformado radicalmente y los gaditanos llegaron al Villamarín tras encadenar cuatro victorias consecutivas.

El equipo sevillano, por su parte, se presentó con muchas dudas, pues precisamente desde que ganó en el Carranza encadenó cuatro jornadas sin vencer, con dos derrotas como visitante y dos empates como local, el último el pasado sábado ante el Girona (2-2) con un gol de Tello que salvó un punto en los instantes finales del choque.

Con esos condicionamientos el partido se puso interesante desde el arranque y a los dos minutos y medio Barral logró el 0-1 al resolver bien ante Dani Giménez en una indecisión de la defensa bética. No tardó el argelino Boudebouz en normalizar la situación para los verdiblancos con un tanto a los ocho minutos tras una falta en la que el portero Rubén Yáñez no acertó a despejar el balón.

Un nuevo tanto del equipo amarillo igualaba la eliminatoria y éste lo buscó a la contra ante un rival que intentó controlar el balón pero que no impidió que a los 18 minutos Dani Romera se aprovechara de una nueva descoordinación defensiva bética.

Con la eliminatoria igualada, intentó enrabietarse el Betis y Tello logró un golazo por la escuadra, pero otra vez la inconsistencia en la zaga local hizo que Dani Giménez cometiera un penalti a Barral que transformó Aitor García. Un sorprendente 2-3 con sólo 26 minutos de juego dejó el partido imprevisible, porque cada vez que llegaba el Cádiz era una acción de peligro e incluso se le anuló un tanto a Aitor García por un fuera de juego inexistente. Aitor ratificó poco después su gran juego en otra incursión por la izquierda y le dio a Romera su segundo gol y el cuarto visitante ante la impotencia de los de Setién y la bronca del público desde ese instante.

Quique Setién sacó en la reanudación a dos pesos pesados, Barragán y Guardado, y con ellos, junto con Boudebouz, el Betis buscó con insistencia esos dos goles que le devolvieran la alegría ante un rival que ya salía poco de su campo.

Tello logró su segundo tanto y metió de lleno a los suyos en la eliminatoria a media hora del final, pero fue el central montenegrino Kecojevic el que, en un córner, puso de cabeza el quinto del Cádiz y los octavos en su bolsillo.

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