El clásico más lujoso de todos los tiempos propondrá este sábado, ante una audiencia estimada de 500 millones de espectadores, un interrogante principal: ¿Está en condiciones el Real Madrid de acometer un cambio de guardia ante el Barcelona?

El estadio Santiago Bernabéu se llenará con 80.000 aficionados deseosos de comprobar si el Real Madrid recorrió suficiente camino en esta temporada como para pensar en un nuevo ciclo. Por contra, en las botas del Barcelona está la opción de enviar una respuesta contundente, una más durante la era Guardiola. Sin ser definitivo, seguramente sea un partido mucho más trascendente de lo que podría pensarse para estas alturas de la temporada. Principalmente porque el Real Madrid tiene tres puntos de ventaja y un partido menos, una diferencia que nunca antes tuvo ante el Barcelona de Josep Guardiola. Además, la estadística ofrece un detalle interesante: el equipo que ganó el primer clásico de la Liga en los últimos siete años fue al final el campeón.

El Real Madrid consiguió igualar mucho las apuestas después de sumar 15 victorias consecutivas, entre Liga española y Liga de Campeones. Además, lo hizo con un estilo definido, presionando en campo contrario y combinando más que la pasada temporada. Es decir: añadió un componente estético a su conocido despliegue físico. Por su parte, el Barcelona llega a la cita con una duda principal: su irregular rendimiento fuera de casa, donde apenas ganó nueve de los 18 puntos disputados. Y ahora visita al único equipo de la Liga española que ganó todos los partidos jugados en casa. Pero de lo que nadie duda es de la excepcional forma de competir que tienen sus jugadores, capaces de ofrecer lo mejor en las circunstancias más extremas. Además, ahí está el currículum de Guardiola como técnico: cinco triunfos y un empate en sus seis visitas al Santiago Bernabéu.

Durante toda la semana se asistió a un profundo debate futbolístico sobre la propuesta que presentarán ambos equipos sobre el campo. Unos hablan de un Real Madrid con trivote en la medular y otros afirman que el Barcelona se plantará con sólo tres defensas sobre el campo. José Mourinho, técnico del Real Madrid, renunció este viernes a dar rueda de prensa y en su lugar habló Aitor Karanka, su ayudante, quien aseguró que verá "al mismo equipo de siempre", descartando cosas especiales para la cita. "Vamos a jugar con un 4-3-3, con Di María, Cristiano y Pipa (Higuaín) o Karim (Benzema). Y luego están las opciones de Özil y Kaká, Xabi, Lass, Khedira... El año pasado hubo planteamientos de todo tipo porque hubo distintos tipos de partidos. Son variantes tácticas que están todas estudiadas y preparadas. Este sábado se verá", dijo Karanka. Las dos principales dudas están en saber si Mesut Özil jugará en la medular o si lo hará un jugador más defensivo, como serían Lass Diarra o Fabio Coentrao. La otra cuestión es ver si saldrá con Karim Benzema o Gonzalo Higuaín en la punta, con más opciones para el francés. Por su parte, Guardiola tiene a todas sus estrellas en buenas condiciones y la incógnita está en saber si llenará el equipo de centrocampistas o si actuará con una línea convencional de cuatro defensas.

Por lo demás, el clásico propondrá un nuevo duelo de artilleros entre Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, máximos realizadores de la competición, ambos con la impresionante cifra de 16 tantos, a más de un gol por partido. El encuentro será transmitido para los cinco continentes y se esperan unas audiencias millonarias. Nunca antes hubo tanto dinero y talento reunidos sobre un campo de fútbol. El Real Madrid lucha por el cambio y el Barcelona persigue la perpetuación de su ciclo.