Carolina Marín, que el domingo se proclamó campeona del mundo de bádminton en Copenhague, afirmó ayer a su llegada a Madrid que, aunque aún quedan dos años para los Juegos Olímpicos de Río, ahora toca "prepararse muy bien para volver a dar otra sorpresa".

El domingo por la tarde, tras un partido de una hora y 18 minutos contra la jugadora china número uno del ránking mundial, Xuerui Li, Marín consiguió alzarse con el triunfo en el Mundial y se convirtió así en la primera española en ganar ese título.

La campeona aseguró en el aeropuerto de Barajas, donde fue recibida entre vítores, que el triunfo no era solamente suyo, sino "de todos los españoles".

"No tengo palabras de la emoción y sobre todo de la sorpresa que me he llevado de todos los españoles. Estoy muy emocionada y todavía me encuentro en una nube", ha dicho.

La número diez del mundo no durmió la noche del domingo -"no tenía ni fuerzas para dormir"- y todavía no se cree su triunfo. "Uno de mis objetivos era la medalla y no me podía conformar con la de bronce, sino que había que ir por la de oro, y así lo he hecho", dijo la onubense sobre su objetivo durante el campeonato.

Carolina, que meses antes se proclamó campeona de Europa, dio las gracias "al maravilloso equipo" sin el que, afirmó, "no estaría donde estoy".

Respecto a la rivalidad con las jugadoras asiáticas, las grandes dominadoras de este deporte, comentó que "siempre hay que plantarles cara y la rivalidad siempre la va a haber en la pista".

"Yo siempre les planto cara y he dicho que soy una leona en la pista, y creo que en este torneo más que nunca lo he demostrado", añadió.

Tras su triunfo ante Li por 17-21, 21-17 y 21-18, recibió felicitaciones de varias personalidades del mundo del deporte, como Pau Gasol o Rafa Nadal, su ídolo, a los que agradeció el gesto.

"Ahora mismo sólo pienso en descansar y en desconectar y una vez que retome los entrenamientos, me sentaré con Fernando y me marcaré unos nuevos objetivos para la temporada", indicó Carolina sobre sus objetivos de futuro, aunque siempre teniendo en mente los Juegos Olímpicos de Río, que, aunque "todavía quedan dos años", toca prepararse "muy bien para volver a dar otra sorpresa"

"Para mí es un orgullo y una satisfacción poder ser la embajadora de este deporte", resaltó Carolina con la medalla de oro que la acredita como campeona del mundo colgada al cuello.