El Málaga recuperó ante el Celta de Vigo (1-1) un punto en un duelo de gallitos, en el que los gallegos se han mostrado como el mejor equipo de los que han visitado el estadio andaluz en lo que va de temporada.

El reparto de puntos permite el Málaga mantenerse como líder del grupo y al Celta le deja con sabor agridulce porque dispuso de más oportunidades que su rival.

El técnico del equipo vigués, Juan Ramón López Caro, plantó un sistema defensivo que le dio mucha consistencia, ayudados en el centro del campo por Vitolo y Suárez, además del uruguayo Canobbio, mientras que su contragolpe llevó la inquietud a la zaga malagueña.

El Málaga, por su parte, no tuvo su día. Le fallaban las líneas de creación y de ataque -en esta solo estaba Peragón-, lo que facilitó la labor de los vigueses. Una de las desaplicaciones defensivas, entre el brasileño Weligton y el guardameta Goitia, a punto estuvo de costarle el primer gol al conjunto malaguista, ya que el balón lo tocó con la cabeza por el zaguero blanquiazul y a punto estuvo de marcar en su meta.

En el segundo tiempo el Celta volvió a disponer de otras ocasiones, como la de Canobbio (m.48), en una falta que remató de cabeza Nuñez, y el uruguayo, sólo en el poste derecho de la portería de Goitia, mandó el balón fuera.

En el minuto 52, el delantero Quincy protagonizó una gran jugada por la izquierda y el pase lo aprovechó Diego Costa, para marcar el primer tanto, que fue anulado por fuera de juego.

Tres minutos después, una falta en la banda derecha, muy alejada de la portería del Málaga, fue lanzada por Canobbio, y el fallo de Goitia, sirvió para que consiguiera el gol (0-1).

Sin embargo, el Málaga, que naufragaba, empató en el único acercamiento con peligro a la portería de Pinto, en el minuto 57. Centro por la derecha del portugués Paulo Jorge que Calleja lo recogió con un zurdazo que se coló como si fuera un obús.