Otto von Bismarck, considerado el fundador del estado alemán moderno, se le atribuye la frase que reza los siguiente: “Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido”.

Si en realidad fue o no el autor de la misma, con total sinceridad, nos debe importar poco. En cambio, el significado de la misma, ironía incluida, debería preocuparnos, porque pone de manifiesto, de manera breve, por qué España dejó de ser una potencia mundial y seguimos enfrentados unos con otros. Sería en este caso recomendable la lectura del libro de Ortega y Gasset denominado 'España invertebrada' (1921).

En medio del caos vivido en Cataluña las dos últimas semanas, la LFP propuso el cambio de sede para el Clásico Barça-Real Madrid, que debía disputarse el pasado sábado, por razones de seguridad. Esa petición, en vez de servir para sentar a todos los implicados y buscar una salida consensuada, derivó en otro rifirrafe más entre la LFP (cortijo de Tebas) y RFEF (cortijo de Rubiales). Clásico de los (dirigentes) españoles haciendo bueno una vez más a Otto. El comité de competición acabó determinando que el partido se jugará el 18 de diciembre a las 21:00 horas.

La nueva fecha se dio a conocer el pasado miércoles 23 de octubre. Miércoles, jueves y viernes los medios de comunicación analizaron, hasta el aburrimiento, tanto el cambio de fecha como el enésimo enfrentamiento entre Liga y Federación. Pero cual fue mi sorpresa cuando el sábado 26, todos los noticieros deportivos abrieron sus programas con el 'No Clásico', incluyendo el desplazamiento de unidades móviles al Camp Nou. Un día en el que miles de equipos y deportistas estaban compitiendo, los medios invirtieron más del 30% de sus espacios de ‘información’ a reiterarnos algo que todos sabíamos. Da igual que Carolina Martín estuviese ganando en el abierto de Francia o que en otros deportes, muchos de los nuestros estuvieran compitiendo por conseguir grandes metas. Clásico de los (medios) españoles.

Lo más curioso es que a falta de casi dos meses para que se juegue el Barça-Real Madrid, con elecciones generales de por medio, convirtieron en protagonista a voceros del independentismo para hacernos llegar el mensaje de que el aplazamiento les concede tiempo para preparar una respuesta más contundente. ¡Sí señor! Querido Otto von Bismarck, aunque no lo dijeses, ya te digo que tenía y tienes más razón que un santo. Nos encanta autodestruirnos. En vez de dar normalidad a un fin de semana deportivo, de contar las alegrías o derrotas de los nuestros, preferimos un millón de veces meternos fuego a ver si nos quemamos todos. Por supuesto la bandera del periodismo digno, imparcial, valiente, comprometido es lo que motiva a hacer este tipo de programas, ¡Dios me libre de pensar lo contrario! ¡Viva España!