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Conclusiones de un torneo sin gancho

Después de algo más de dos semanas de competición, la Copa Confederaciones se cerró dejando más certezas que incógnitas de cara al gran evento.

EL VIDEOARBITRAJE

El videoarbitraje causó confusión en algunos partidos, pero en realidad las decisiones tomadas con apoyo de las imágenes de televisión fueron justas. "Todavía no estamos acostumbrados. Tendremos que darle cierto margen a ver cómo se desarrolla todo esto", dijo el entrenador de Chile, Juan Antonio Pizzi, después de que su equipo viera cómo se le anulaba un gol por fuera de juego en la última jugada del primer tiempo contra Camerún. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, se mostró sin embargo entusiasmado con una tecnología que probablemente será usada también en la Copa del Mundo: "Desde mi punto de vista, no hay motivo para no usarlo".

EL ANFITRIÓN

El escenario de la gran final del Mundial, el estadio Luzhniki de Moscú, aún está siendo remozado, pero todo parece indicar que no habrá problemas para entregar los campos en perfecto estado de revista seis meses antes del inicio del evento. En la Copa Confederaciones, los cuatro estadios utilizados -el del Spartak de Moscú, el Krestovski de San Petersburgo, el Kazán Arena y el Fisht de Sochi- lucieron sin mácula. Sólo el estado del césped del moderno estadio de San Petersburgo generó críticas.

SIN TENSIÓN

La oposición política en Rusia se queja de la represión del Gobierno, pero la FIFA vive relajada la recta final hacia el Mundial en comparación con lo que sucedió hace cuatro años en Brasil, donde el país fue un hervidero de protestas sociales en las calles durante la Copa Confederaciones. Además, loshooligans rusos que aterrorizaron a Francia durante la Eurocopa de 2016 no hicieron acto de presencia. "Los hay", admitió a dpa el ex futbolista ruso Valery Karpin. "Pero también a ellos se les ha educado, podríamos decir. Hoy las medidas de seguridad son mucho más estrictas", añadió.

EL DOPAJE

El torneo transcurrió sin problemas, pero los organizadores debieron responder una y otra vez sobre la sombra que se cierne en los últimos tiempos sobre el deporte ruso: el dopaje. Y las acusaciones, ahora, apuntan al fútbol. El periódico británico Mail on Sunday publicó que hay sospechas de que los 23 jugadores de Rusia en la Copa del Mundo de 2014 recurrieron a sustancias prohibidas y el investigador especial de la Agencia Mundial Antidoping, Richard McLaren, no descartó la existencia de un "sistema de encubrimiento" específico del fútbol ruso. La FIFA, sin dar más detalles, confirmó la existencia de una investigación. Los directivos rusos negaron en forma enfática las acusaciones.

UN FUTURO INCIERTO

La de Rusia podría haber sido la última Copa Confederaciones. El traslado del Mundial de Qatar 2022 para noviembre y diciembre, la expansión del certamen a 48 equipos a partir de 2026 y las modificaciones que sufrirá el calendario del fútbol internacional han puesto un signo de interrogación sobre el futuro del torneo. Y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, sembró aún más incertidumbre con sus declaraciones. "Analizaremos el desarrollo de la Copa Confederaciones y, cuando lleguemos a una conclusión, tomaremos una decisión", remarcó.

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