El Barcelona derrotó al Vezsprem húngaro (26-25) que dirige el malagueño Antonio Carlos Ortega, y se hizo con el tercer puesto de la Final Four de la Liga de Campeones, en un partido muy igualado, no exento de polémica.

Al Barça le costó un mundo meterse en el duelo. Sin intensidad defensiva y muchas dudas en el ataque posicional, los azulgrana demostraron no tener la cabeza en el partido. Sólo el orgullo de Rutenka y las paradas de Sterbik evitaron que el desastre fuese mayor en el primer tiempo, al que los de Xavi Pascual llegaron perdiendo sólo por un tanto (9-10).

El Vezsprem, construido para ganar el título continental, tampoco mostraba su mejor versión, aunque imprimirle un punto más intensidad a su defensa le permitió abrir una pequeña brecha (9-13). El Barça despertó gracias a los cinco goles de Sarmiento casi seguidos y una exclusión de Nagy hizo mucho daño al cuadro magiar en un momento clave y los blaugrana se pusieron con (22-20). Chema Rodríguez desatascó al Vezsprem, que entró en el último minuto con una mínima desventaja (25-24). Nadie en el Barça asumió la responsabilidad de lanzar y los árbitros amagaron con pitar pasivo, pero la bola llegó a Karabatic y sentenció.