Deportes

La Copa es nuestra

  • Cientos de aficionados de todas las edades disfrutan en Guadalcacín de la Copa del Mundo Interés Los primeros en llegar, dos horas antes de empezar

En Guadalcacín fue ayer 11 de julio de 2010, y es que la presencia de la Copa de Mundo, el trofeo oficial que la FIFAentregó a la Federación Española de Fútbol, hizo sentirse como auténticos campeones del mundo a los privilegiados que pudieron hacerse una foto con el botín que La Roja se trajo el pasado verano de Sudáfrica.

Fueron cientos los aficionados que pasaron por el Ayuntamiento de Guadalcacín; ni la lluvia enfrió la pasión que encendió la selección en el Mundial y que ayer pudo saborear Jerez en general y Guadalcacín en particular. A las ocho de la mañana ya había tres chavales esperando y encabezando la cola que comenzó a moverse dos horas después, cuando se abrieron las puertas después de que Ana María Lirio, alcaldesa de Guadalcacín, recibiese oficialmente el trofeo en el Consistorio pedáneo. Allí estaban Ainhoa Gil, delegada de Deportes del Ayuntamiento de Jerez; Eduardo Herrera, presidente de la Federación Andaluza de Fútbol; José Antonio Bernal, presidente de la Federación Gaditana de Fútbol; y Antonio Fernández Marchán, actual director deportivo del Málaga, ex miembro del cuerpo técnico de la selección española de fútbol y artífice de que la Copa del Mundo haya venido a Guadalcacín.

Fernández Marchán inició las gestiones con la Andaluza en cuanto conoció el recorrido previsto para la Copa del Mundo e intentó que el trofeo también pasase por el Ayuntamiento de Jerez, pero no fue posible por problemas de agenda y además porque el Ayuntamiento jerezano no lo había solicitado.

Pero la Copa estuvo ayer en Guadalcacín, que es Jerez, y fueron muchos los aficionados que pudieron disfrutar de ella, verla en directo y hacerse fotos -y algunos privilegiados hasta tocarla- durante dos horas.

Y si fueron muchos los que posaron junto a la Copa del Mundo fue también gracias a la buena organización del Ayuntamiento de Guadalcacín: una cola bien organizada, guarecida de la lluvia en la plaza Artesanía, y la celeridad a la hora de desfilar delante del trofeo, capítulo en el que Daniel Rosado, técnico del Ayuntamiento pedáneo, llevó la voz cantante.

Y con tanta puntualidad como comenzó el peregrinar de los aficionados, acabó la procesión de fieles de La Roja dos horas después, a las doce del mediodía. Por allí pasaron alumnos del Colegio Tomasa Pinilla, haciéndose las fotos por cursos para aligerar el paso; aficionados mayores y pequeños; señoras, señoritas y abuelas... prácticamente todo el que quiso y pudo acercarse se llevó un recuerdo imborrable: el del trofeo que España levantó como campeona del mundo.

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