Hoy comienza en Francia la Dauphine con una contrarreloj de 10 kilómetros en las calles de Lyon, una de las pruebas emblemáticas del calendario ciclista que consta de ocho etapas y sirve como último ensayo antes del Tour de Francia, en una edición que contará con el defensor del título, Chris Froome (Sky), Vincenzo Nibali (Astana) y Alberto Contador (Tinkoff-Saxo) como grandes favoritos para alzarse con el triunfo.

Entre las bajas, cabe detacar a los corredores del Movistar Alejandro Valverde y Nairo Quintana. El español optó por participar en la Ruta del Sur, mientras que el colombiano no incluyó la Dauphine en sus planes puesto que no tomará la salida en el Tour.

Contador afronta esta prueba "sin la obsesión de ganar", sino con el objetivo de "reglar el motor y afinar la puesta a punto" para la gran ronda francesa. "Para mí, ésta es una carrera clave para el Tour. No vengo con la obsesión de ganar. Creo que el Tour se va a decidir en la última semana y además este año estaré en la Vuelta", declaró.

Durante la Dauphine, el corredor del Tinkoff-Saxo prestará especial atención, más que a sus rivales, a su cuerpo: "Evidentemente, si quieres tener opciones en el Tour, es mejor si te sientes muy bien aquí", afirmó en alusión a una cita que nunca ha ganado.

El comienzo de Contador en la presente campaña ha sido notable. Ganó una etapa en la Vuelta al Algarve (Portugal), en la que fue segundo en la general; dos etapas y la general en la Tirreno-Adriático; fue segundo en la Volta a Cataluña y ganó una etapa y la general en la Vuelta al País Vasco. Después, regresó a los entrenamientos. "He estado recuperándome de un comienzo de temporada muy intenso, sin forzar. Estuve en el Teide intentando recuperar la forma con ascensos enormes", precisó el madrileño.