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"Defiendo a mi país"

  • Nadal admite encontrarse "cansado", aunque "no mermado" y reitera su compromiso con el equipo.

Si Nadal jugará o no ante Francia es algo que no quedó meridianamente claro ayer, aunque casi nadie alberga dudas sobre la participación del astro español. "Mermado no estoy", dijo el balear. "Jugarán los que estén al cien por cien", apuntó Albert Costa. "Si el capitán lo decide, ahí estaré", declaró en otro momento el número dos mundial. Tomando las frases como piezas de un puzzle se puede componer una realidad: Nadal estará peleando contra Francia por un puesto en la final de la Copa Davis. A eso ha venido. Nadie hace seis mil kilómetros y entrena 17 horas después en otro continente a casi cuarenta grados para después verlo desde la barrera.

Si no sucede ningún contratiempo en las próximas horas, Nadal juega. La principal duda que flotaba en el ambiente se disipó al oír la convicción con que se expresó un cansado Rafa Nadal, quien recalcó su compromiso con su equipo y su país en varias fases de la conferencia de prensa, pidiendo para sí la palabra en algunos instantes en los que se detectaba ambigüedad en las exposiciones, seguramente por la intención de no salirse de los cauces de lo políticamente correcto. "Estoy aquí porque así lo quiero, porque ya lo tenía decidido desde hace meses, y no porque haya venido el alcalde de Córdoba, a quien por otra parte le estoy muy agradecido por la visita y por haber tenido el placer de conocerle", manifestó ante el murmullo del sector local de la tropa mediática. Le habían preguntado, claro, por la polémica que había generado el viaje de José Antonio Nieto a Nueva York, invitado por la RFET, para gestionar junto al presidente, José Luis Escañuela, el rápido retorno a España del mallorquín. La pregunta fue realmente para Albert Costa, que se desmarcó con elegancia recurriendo a un clásico del regate al periodista: "No sé si hay polémica o no, yo me centro en lo deportivo y lo que a mí me importa es que Rafa esté aquí con nosotros". Y Rafa agarró el micrófono y dio sus explicaciones. Quedó claro. "A mí no tiene que venir nadie a convencerme, porque a mí quien me convence es mi equipo, que estoy aquí. Yo defiendo a mi país. Pasara lo que pasara en el Open USA, yo iba a estar aquí igual", espetó. Punto y final.

Convencer a todo el mundo de que la eliminatoria ante Francia no es una fiesta en la que los galos ejercerán de invitados fue una de las tareas que traía apuntadas en su agenda Albert Costa. El capitán reiteró en cada pregunta la necesidad de "dar el cien por cien" en todos los aspectos para doblegar a un rival que "está entre los mejores del mundo" y que suele "dar un gran rendimiento en la Copa Davis". Lo cierto es que se han acumulado episodios que incitan a pensar que el camino se ha allanado para España. Los precedentes históricos -excluyendo el durísimo varapalo del 5-0 en la pasada edición-, la ausencia por lesión del número uno francés, Gael Monfils, y la disputa de la serie en cancha propia hacen que la etiqueta de favorito recaiga en la formación española. Nadie se esfuerza en despojarse de ese cartel, pero... "La selección francesa viene demostrando en los últimos años que es muy competitiva. La baja de Monfils es importante, porque es un jugador muy bueno en tierra batida y muy carismático, que da muchos puntos a su equipo. De todos modos, siguen teniendo grandísimos jugadores y entiendo que tendrán muchas ganas de llegar a la final. Va a ser una eliminatoria complicada, muy difícil, en la que si estamos al cien por cien podemos tener problemas". Lo dijo Costa. Y lo repitió cada vez que tuvo oportunidad. Es el papel del capitán.

Nadal hizo el suyo. Es la estrella indiscutible del equipo y él lo sabe, aunque no lo exhibe. "Llegué ayer y sólo pisé la pista un poco, no puedo valorar mucho mi estado", contestó lacónicamente en su primera intervención. Quedó abierta la veda la especulación. "Por el cansancio que traía del viaje, las sensaciones de ayer (por el martes) no son muy reales. Veré en los dos próximos días cómo voy", matizó después. Luego se afanó en valorar las cualidades de sus compañeros. "Aquí somos un equipo y en cualquier momento alguien puede sustituir a alguien", dejó en el aire, para sentenciar: "Si el capitán ve que hay alguien mejor preparado que yo, pues jugará otro". ¿Y qué dice el capitán? "Él sabrá mejor que nadie las sensaciones que tiene. Se ha despertado cansado, pero eso es lógico ahora. Tenemos dos días por delante y si está bien, pues jugará. De momento, tenemos que estarle agradecidos por verle aquí después de haber estado dos semanas compitiendo al máximo nivel en el Open USA". Ayer ya entrenó en serio y no pareció ir nada mal. Todo lo contrario. Habrá que esperar aún, pero con una más que razonable expectativa sobre la presencia segura de Nadal en el inicio de las semifinales.

¿Y el resto? "Estamos todos bien, con muchas ganas de que empiece ya la eliminatoria. Tenemos una gran motivación: es una semifinal, en casa y contra una potencia mundial como Francia. Esperamos que la gente disfrute mucho este fin de semana. Y, por supuesto, ganar", dijo Marc López, el sparring oficial del equipo español para los entrenamientos.

Que España no haya perdido ni un solo partido de la Copa Davis en cancha propia desde el siglo pasado es una estadística que no garantiza nada, pero que estimula mucho. Fue Brasil, con Guga Kuerten como líder, en Lérida, allá por 1999. "Eso significa que hemos tenido siempre grandes eliminatorias en los últimos años, pero estamos expuestos a perder. Eso nos pasará seguro algún día, pero trabajaremos para que no sea aquí", declaró Costa.

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