El Atlético Sanluqueño volvió a corroborar ayer que se trata de un equipo que conforme van transcurriendo las jornadas ligueras se va diluyendo como un azucarillo en una taza de café. En esta ocasión fue el Dos Hermanas, un equipo que aunque ha reaccionado últimamente tiene la pinta de luchar hasta el final por la permanencia, el que se llevó los tres puntos y además con toda la justicia del mundo. No es que los nazarenos hicieran un partido espectacular -tampoco eso es moneda común y menos en Tercera División- pero el entrenado por José María Sutil recurrió al ABC del fútbol para dejar en evidencia a un Atlético Sanluqueño al que sólo se le puede destacar, tampoco con aplausos, una aceptable prima mitad. Lo del Dos Hermanas fue sota, caballo y rey, esto es, solidez defensiva, buena vigilancia a los hombres del Atleti encargados de galvanizar el juego y una efectividad arriba que rozó el cien por cien. Con estos ingredientes y con un Sanluqueño flojísimo en los segundos 45 minutos la cosa no podía terminar de otra manera.

El Sanluqueño afrontó el partido con varias bajas de hombres importantes en el engranaje de José María Moreno Rosillo y vaya si se notaron, para mal claro está. Y eso que las cosas comenzaron de manera al menos esperanzadora para el Atlético Sanluqueño, y es que antes de que el jerezano Carrasco abriera la lata con su gol en el minuto 13 los verdiblancos ya habían tenido algunas oportunidades para desnivelar las tablas. La primera de esas ocasiones fue de Barri en el minuto 10 y a ella le siguió otra sin solución de continuidad de Barri. Sin embargo, cosas del fútbol, fue el sevillano Chiqui Carmona el que restableció el empate al cuarto de hora de partido. Luego el local Ramón también gozó de una buena oportunidad pero el marcador no se volvió a mover en este primer período.

Ya en el segundo tiempo, muy pronto iba a llegar el principio del fin para el Atlético Sanluqueño, ya que a los dos minutos de la reanudación un jugador del Dos Hermanas de nombre impronunciable pero de una efectividad total puso por delante a los de Sutil. El 1-2 significó el adiós a salvar los muebles para un Atlético Sanluqueño que desapareció del campo. No es que no quedara tiempo por delante sino que visto lo visto en Atleti podría haber estado jugando una hora más sin obtener nada. Encima, por si las cosas no estaban ya claras cuando corría el minuto 64 Lolo apuntilló. A partir de aquí, desfile de aficionados no precisamente satisfechos. Lo que quedaba para que el árbitro pitase el final se convirtió en lo que los americanos bautizaron como los minutos de la basura. El interés desapreció de unas instalaciones de El Palmar que se quedaron sin mucho del público asistente bastante antes que llegase del colorín, colorado.