La final de la Copa del Rey entre Valencia y Getafe presentará entre sus atractivos la recuperación, aunque sea en el banquillo, del 'Dream Team' del Barcelona de los años noventa con la presencia del holandés Ronald Koeman al frente del equipo valenciano y del danés Michael Laudrup en el del Getafe.

Ambos integraron el equipo que a las órdenes del también holandés Johann Cruyff obtuvo grandes éxitos para el Barcelona en la pasada década. Además no sólo estos dos ex jugadores, ahora entrenadores, 'reverdecerán laureles' con esta final, sino que ambos cuentan en sus respectivos cuerpos técnicos con otros ex integrantes del 'Dream Team' como Luis Milla (Getafe) y Jose Mari Bakero y Tony Bruins Slot (Valencia).

El recuerdo de aquel mítico equipo se mantiene en Laudrup. "He hablado con Ronald alguna vez. He intentado darle ánimos. Porque tranquilidad, es difícil", añadió sobre los difíciles inicios del holandés en España como técnico. "De vez en cuando hablo también con José Mari Bakero, con Txiki Beguiristáin, Pep Guardiola o Eusebio. Nos vemos a veces. Es una relación especial", reconoció el entrenador del Getafe.

Laudrup, desde el sosiego que depara tanto su propia personalidad como la estancia en un club sin una presión excesiva, defiende un proyecto que gestó desde el inicio. A su manera, tras ser la gran apuesta del Getafe para sustituir a Bernd Schuster en el banquillo, tras la marcha del técnico alemán al Real Madrid.

Laudrup no ocultó sus preferencias por medirse al Valencia en lugar de al Barcelona, aunque esto les hubiera situado en Europa directamente: "El Barcelona tiene jugadores únicos, que pueden resolver en cualquier momento. Fuera del alcance de cualquiera. El Valencia es un gran equipo, un gran conjunto. Pero creo que nos puede venir mejor como adversario".

Por su parte, Koeman aterrizó en el Valencia una vez iniciada la temporada, para suplir al destituido Quique Sánchez Flores y entró de lleno en la agitación institucional de su nuevo club. Y formó parte de su vorágine con decisiones impopulares y resultados inconsistentes, por lo que su continuidad en el banquillo de Mestalla se antoja cada día más difícil.