Empate inservible para el Arcos, al que le supo a nada el punto, igualada que fue un jarro de agua fría para el filial cordobesista en un partido en el que la grada -cada vez con menos aficionados- acabó coreando el grito unánime de 'Oliva, vete ya', enfado aliñado con la pérdida de papeles de Víctor Vía, que se autoexpulsó y tras el final recriminó al árbitro su decisión en el túnel de vestuarios. Ni siquiera el gol de Henares aplacó a la grada sino todo lo contrario, fue la espoleta para cargar contra el entrenador local.

La primera mitad vista en el Barbadillo -cada vez más despoblado- fue pésima, y seguro que si ambos quieren hacerlo peor seguro que no lo consiguen. Pelotazos a discreción, imprecisiones y un sinfín de despropósitos en el que todos los intentos de engarzar jugadas se perdían, y aún así el Córdoba B se pudo ir en ventaja al descanso si el árbitro no anula a Álex un gol de cabeza en el minuto 9 que tuvo todos los visos de ser legal.

Antes, Javi Moreno cayó en el área (6'), Víctor Vía remató alto un córner (7') y un posible penalti a Javi Moreno (10') lo atajó el árbitro señalando fuera de juego. Juanjo pudo marcar en una falta (22') y luego lo intentaron Benjamín y José Manuel (32'). Joki no encontró rematador en una internada (38') y Juanjo volvió a intentarlo a balón parado (41') y Fede y Pedro desaprovecharon un balón que atrapó Melli (43'), acabando el primer tiempo con un fuera de juego Javi Moreno.

La segunda mitad fue otra historia porque el Arcos salió enrabietado, pero unas veces la falta de acierto y otras la buena defensa cordobesista daban al traste con las intenciones arcenses.

Antes del primer minuto Abel Calatayud desperdició un gol claro enviando alto y en el minuto 55 Henares cabeceó fuera a puerta vacía tras pase de Venegas. Como el que perdona paga, el Córdoba B no desaprovechó su oportunidad, ocasión que llegó en una contra en un balón de Javi Pérez a Marcos, que se plantó solo ante Melli, fusilando por alto al desamparado meta arcense.

El Arcos fue un penoso querer y no poder, una impotencia colectiva inimaginable meses atrás y comenzaron los gritos de 'Oliva vete ya' de la encrespada afición local, que sacó los pañuelos blancos en señal de enfado.

El Córdoba B se atrincheró y achicó balones jugando con fuego hasta que se quemó con el cabezazo del malagueño Henares rebasados los cuatro minutos de prolongación, sellando un empate que no satisfizo a ninguno.