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España: un estilo que maravilla al mundo

El 13 de octubre de 2007, por accidente, nació un estilo. Fue en Aarhus, Dinamarca. En el peor momento de la etapa de Luis Aragonés. Una lesión impulsó la apuesta por juntar a esos locos bajitos de centro del campo. Y de la apuesta nació un estilo, el del toque, que guió a la conquista de la Eurocopa de 2008 y que se ha perfeccionado con Vicente del Bosque para ampliarlo al mundo.

Hasta hace bien poco, España no tenía un sello. Acudía a las grandes competiciones mejor que nunca y regresaba como siempre. Protagonizando grandes disgustos, decepciones futbolísticas o con injusticias para la historia.

Los errores se convertían en efemérides cuando se ampliaba el mal fario. El fallo de Arconada cuando la gloria estaba a un paso en la final de la Eurocopa de 1984 ante Francia. El fallo de Julio Salinas ante Italia en el Mundial de 1994. Un penalti al limbo de Raúl en la Eurocopa de 2000.

Todo cambió de golpe en Aarhus. Fernando Torres sintió un pinchazo en el calentamiento de un partido decisivo para luchar por acceder a la Eurocopa 2008. No estaba Villa por lesión. Luis Aragonés dio paso a una alternativa que ya manejaba desde hacía tiempo. La irrupción de un perfil de centrocampista en el fútbol español se imponía.

Juntó a Xavi, Cesc Fábregas e Iniesta de inicio. Nunca había pasado. Tres jugadores de un mismo perfil. Amantes de la pelota. De la posesión. Del toque. España se paseó ante Dinamarca. Fue el punto de inflexión para comenzar a volar y acabar conquistando la Eurocopa en Viena. El gol más importante de la carrera de Fernando Torres. El toque por bandera. La presión en campo rival. El trabajo solidario. Un fútbol asociativo. Talento puro de jugadores que disfrutan plasmando un estilo. Máximo respeto a cada contrincante. Un ambiente de familiaridad.

Del Bosque cambió piezas, renovó el equipo, introdujo apuestas personales con jugadores que han acabado siendo referencias como Piqué o Busquets. Pero no alteró el estilo. Gestionó la herencia a la perfección. Y España, ante el elogio de todo el planeta, pasó a dominar el mundo.

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