La selección española de balonmano tuvo un paseo (37-18) ante la de Argentina en el primer partido del XXXIV Torneo Internacional Memorial Domingo Bárcenas, disputado ayer en Algeciras. El equipo dirigido por Valero Rivera fue muy superior a la selección suramericana, y la primera prueba de ello fue que durante siete minutos mantuvo su portería imbatida.

La selección española se convirtió en una máquina de marcar, lo cual facilitó mucho las cosas a Valero Rivera. El preparador nacional lo vio tan fácil que antes del descanso ya había utilizado a casi todos sus jugadores disponibles, entre los que destacó Iker Romero tras recuperarse de su lesión. La defensa argentina dejó patente su debilidad defensiva y anotadora, aunque las brillantes paradas de David Barrufet acabaron por desesperar al adversario del bloque español. Eric Gull, con cinco goles antes del descanso, arregló un poco el desaguisado en su equipo, que finalizó el primer tiempo con una desventaja de once goles (19/8).

El partido no sólo no cambió en la segunda parte. La sensación que dio Argentina fue aún más débil ante una España cada vez más crecida, con un juego bastante suelto y totalmente diferente al exhibido el pasado martes frente a Noruega. El último cuarto de hora del encuentro se convirtió en un entrenamiento para España, que elevó la diferencia en el luminoso al grado de escandalosa.

En el segundo partido de la jornada Alemania se impuso a Portugal por 26-21.