El equipo europeo conservó la ventaja de cuatro puntos frente a Estados Unidos al final de la cuarta sesión de la Ryder Cup, que se disputa este fin de semana en Le Golf National, a las afueras de París.

A falta de la última jornada, en la que se decidirán los 12 puntos restantes en partidos individuales, el equipo europeo aventaja al estadounidense por 10-6, gracias a las victorias en el foursomes (golpe alterno) del inglés Justin Rose y el sueco Henrik Stenson contra Dustin Johnson y Brooks Koepka (2-1), y del italiano Francesco Molinari y el inglés Tommy Fleetwood contra Tiger Woods y Bryson Dechambeau (5-4).

La pareja serena e imbatible formada por Molinari y Fleetwood acumula cuatro victorias en cuatro partidos, tres de ellos contra Tiger Woods, en compañía de otro estadounidense.

Las dos derrotas locales llegaron cuando Bubba Watson y Webb Simpson ganaron por 3 hoyos con dos por jugar a Sergio García y el sueco Alex Noren y la dupla de Jordan Spieth y Justin Thomas acabaron su partido contra el inglés Ian Poulter y el norirlandés Rory McIlroy en el hoyo 15 con un resultado final de 4-3.

Spieth y Thomas forman la mejor combinación norteamericana, con tres de cuatro enfrentamientos ganados. De hecho, su victoria en la tercera sesión de fourball (cuatro bolas) del sábado contra Poulter y Jon Rahm detuvo la sangría, tras siete partidos consecutivos perdidos por Estados Unidos en 24 horas. "Mi motivación para el domingo es ganar", dijo el jugador vizcaíno, afectado por las derrotas en sus dos partidos de dobles de su primera Ryder Cup. Su rival será Tiger Woods en el cuarto duelo del día, mientras que Sergio García se las verá con Rickie Fowler.

El 10-6 a favor después de dos jornadas es el mismo que tuvieron en contra los europeos en 2012 en Estados Unidos, cuando José María Olazábal capitaneó la remontada conocida como el Milagro de Medinah, que terminó con la victoria de Europa 13,5-14,5. Los estadounidenses también consiguieron su propia remontada de un 6-10 en The Country Club de Massachusetts en 1999, el año en que Estados Unidos ganó 14,5-13,5 y Sergio García se estrenó en la Ryder con una derrota frente a Jim Furyk. El mismo Furyk que capitanea esta semana al equipo estadounidense e intentará tirar de esos recuerdos con el fin de inspirar el milagro que necesita su equipo para no devolver la Ryder Cup a los europeos en París.