Open de Australia

Federer, Nadal, Murray y Djokovic, claves del torneo

El regreso del suizo Roger Federer a un Grand Slam, la recuperación del español Rafael Nadal, y el duelo por el número uno entre el actual líder de la ATP, el británico Andy Murray y el serbio Novak Djokovic, defensor del título, serán entre otras las claves del Abierto de Australia que comienza este lunes en Melbourne Park.

El primer Grand Slam de la temporada se abre con numerosas incógnitas. Las citadas en el cuadro masculino, mientras que en el femenino la veterana estadounidense Serena Williams tiene al alcance romper la igualdad que mantiene con la germana Steffi Graf, con 22 grandes en sus respectivas cuentas (Margaret Court tiene el récord con 24).

Por su parte, la alemana Angelique Kerber necesita demostrar que su triunfo el año pasado en estas pistas no fue un espejismo, y la española Garbiñe Muguruza remontar el vuelo, tras lograr en el 2016 su primer grande en Roland Garros.

Para Federer y Nadal, dos veteranos de 35 y 30 años respectivamente, el primer grande del curso se antoja una aventura. El suizo, salvo su participación en la Copa Hopman en Perth, lleva inactivo desde Wimbledon. Todos esperan su vuelta con expectación, después de coronarse aquí campeón cuatro veces. No figura entre los primeros favoritos, sino el 17, y él mismo ha aceptado su condición de "tapado", alejado del duelo mediático entre Murray y Djokovic.

Nadal, noveno en la lista de cabezas de serie, campeón ante Federer en 2009, parece preparado para la cita. Quiere olvidar cuanto antes la derrota en primera ronda el pasado año contra su compatriota Fernando Vercasco, y le acompañan esta vez en la parte técnica su tío Toni y Carlos Moyá, finalista en este torneo en 1997 ante el estadounidense Pete Sampras.

Los entrenamientos han dejado satisfechos a sus dos entrenadores, y Nadal, que ha advertido no obstante que los resultados se verán mejor reflejados dentro de tres meses, se presenta en un grande con el recuerdo de que no gana uno de estos desde Roland Garros hace tres temporadas.

Los dos meses y medio de parón competitivo para recuperarse de su muñeca izquierda le han servido después para ganar la exhibición de Abu Dabi, y lograr los cuartos en Brisbane, donde el canadiense Milos Ranoic cortó su trayectoria. Ahora es el momento de la verdad para él. Para demostrar si su físico aguanta los partidos al mejor de cinco sets, algo que por ejemplo ha decidido al argentino Juan Martín del Potro a decir no a esta primera gran cita del año.

Murray y Djokovic aparecen en todas las apuestas para levantar la corona de campeón. El británico acabó el pasado ejercicio como número uno pero ha fracasado en cinco finales en Melbourne, las dos últimas consecutivas.

Cedió la de 2010 ante Federer y las otras (2011, 13, 15 y 16) contra Djokovic. Nadie en la historia ha perdido seis finales de un Grand Slam. El ruso Marat Safin es el único jugador que cedió finales (2002 y 2004) antes de hacerse por fin con el título en Melbourne en 2005.

La primera aparición de Andy Murray en el Abierto de Australia fue en 2006, cuando el británico era 62 del mundo. En esa oportunidad, perdió en primera ronda contra el argentino Juan Ignacio Chela. Desde entonces su ascensión fue un objetivo cumplido.

"Me siento muy confiado por cómo terminó la temporada", dijo al referirse a 2016. "Me encanta este lugar, las condiciones. He jugado muy bien aquí a lo largo del tiempo, sólo no he logrado superar el último obstáculo", afirmó el escocés. "Creo que estoy en una posición decente, seguro, y tengo la oportunidad de ganar aquí. Desde luego, nada es seguro. Pero si, *por qué no? Estoy jugando bien. La práctica ha sido buena. Me siento saludable".

Djokovic se muestra también confiado. Ha ganado este torneo en seis ocasiones (2008, 11, 12, 13 y 16) y figura empatado con el australiano Roy Emerson en el tope de la lista. El serbio se encuentra más relajado tras obtener recientemente el título en Doha, salvando cinco puntos de partido contra Fernando Verdasco, con quien abre esta vez en Melbourne, y luego por su triunfo en la final ante Murray.

A "Nole" se le ha visto y oído tarareando la canción "Be Happy" de Bobby McFerrin, como prueba de su relajación, y ahora, sin Boris Becker en el banquillo, y después de que el alemán le lanzase una pulla: "no dedicó todo el tiempo que debería a entrenarse en los últimos seis meses", confía en Marian Vajda y Dusan Vemic para ganar por séptima vez este grande.

Han pasado doce meses desde que Angelique Keber, con 28 años ahora, se bañara en signo de triunfo en el río Yarra, tradicional gesto de algunos campeones en Australia. Luego, la germana tuvo su continuidad en el Abierto de EE.UU. y acabó en septiembre con el reinado de Serena Williams en la lista mundial durante 186 semanas.

Kerber se convirtió entonces en la 22 mujer en ocupar el primer puesto de la WTA y la segunda germana en hacerlo desde Steffi Graf, que estuvo al frente 377 semanas hasta marzo de 1997.

Este año parte como primera favorita, con otras jugadoras incluyendo a la menor de las Williams, como aspirantes al trono australiano. También lucharán por ello la polaca Agnieszka Radwanska, finalista en Sidney, la combativa rumana Simona Halep, la checa Karolina Pliskova; la última maestra, la eslovaca Dominika Cibulkova, finalista en Melbourne hace tres temporadas. Todas ellas en un torneo que siempre depara sorpresas por ser la primera cita del año.

Por primera vez desde 2013, Serena no figura como máxima favorita en un Grand Slam, y no obstante, puede recuperar el puesto de número uno. Para ello debe alcanzar la final. Pero si Keber hace lo mismo, la germana saldrá de Melbourne con el trono asegurado.

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