tenis

Federer sigue con la misma obsesión

  • El suizo cumple 30 años y la idea de la retirada no aparece en su horizonte

Gorra calada y mirada al suelo: hubo un momento en el que Roger Federer decidió que tanto éxito terminaría afectando su tenis. Y cambió. Pero hay algo invariable en el suizo que hoy cumple 30 años: ama tanto al tenis que retirarse es algo implanteable.

Aunque el éxito nunca viene solo, de ahí que hace ya años que Federer adoptó una costumbre: camina por los torneos con una gorra con visera que apenas permite ver sus ojos. El atuendo se completa con una mirada que frecuentemente busca el suelo. "Si no lo hago, tengo que saludar a cuanta persona se me cruce", explica.

Federer podrá calarse la gorra y bajar la mirada, pero así y todo nadie le podrá quitar el título de número uno fuera de las canchas: es difícil recordar a algún deportista de su categoría protagonizando el despliegue del helvético con los medios. Tras cada partido puede hablar más de 40 minutos sin huirle a ninguna pregunta.

Federer hoy ya no es "tanto mejor" que sus competidores. Está convencido de que puede volver a ganar un torneo de Grand Slam, algo que no hace desde enero de 2010 en Australia. Si no lo logra dentro de unas semanas en el US Open, pondrá fin a nueve años consecutivos alzando el trofeo de campéon en al menos uno de los grandes cada año.

"Lo importante para Roger hoy por hoy es saber que puede llegar hasta las últimas instancias y competir con los mejores", dijo Tony Godsick, el agente de Federer, que cuando se le pregunta por un eventual retiro habla de que el suizo jugará "15 años más".

Sería una gran noticia para el tenis, porque Federer llevó a su deporte a niveles de excelencia con pocos precedentes en la historia. A él no le gusta que lo cataloguen como mejor jugador de todos los tiempos, prefiere hablar de "épocas", porque no ignora las hazañas de Bill Tilden, Rod Laver, Bjorn Borg o Pete Sampras.

Federer supo cambiar su propia historia. Reloj suizo del tenis, ganó casi todo lo que es posible ganar en su deporte. Suceda lo que suceda en el futuro, siente que el trabajo ya está hecho: "Estoy en paz conmigo mismo".

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