Carlos Fontana no seguirá en el Arcos. El técnico se marchó ayer de vacaciones a Argentina con la seguridad de que no se dan las condiciones necesarias en el club arcense para seguir adelante por su situación económica, aunque deja las puertas abiertas a un posible regreso más adelante.

"Como todos sabemos, la situación de los clubes es dramática como toda la economía del país y el Arcos debe hacer un año de transición, no puede hacer un equipo con expectativas. Después Dios dirá porque en el fútbol nunca se sabe cuándo puedes estar arriba, pero no se podrá gastar el dinero para hacer un requipo de garantías. Creo que hay que adaptarse a las circunstancias y se va a apostar por un equipo con jugadores de la zona. No es que tenga miedo de entrenar a un equipo así, pero me voy a dedicar a mi trabajo. Llegamos a la conclusión de que no lo iba a entrenar y así será", decía ayer el técnico argentino.

Los planes de Fontana están muy claros: "Ahora estaré unos días con mis padres y después volveré pronto para ver fútbol, para dedicarme a mi trabajo y terminar un año que me queda para el curso nacional de entrenador".

Fontana destaca en su despedida que "la gente de Arcos se ha quedado feliz conmigo, querían que me quedara, pero las circunstancias no están bien. Se quedan las puertas abiertas para el futuro. El presidente del Arcos tiene claro que hay que hacer un año de transición y ojalá tenga mucha suerte porque se lo merece. Conmigo se han portado muy bien".

El sudamericano cree que varios de los jugadores del Arcos seguirán sus pasos y se marcharán porque "si quieren vivir de esto, ahora allí no se puede. Uno no puede dejar de lado el trabajo que le da de comer y menos cuando uno vive el fútbol las 24 horas".

Como ex entrenador del Industrial opina sobre lo acontece en ese equipo: "Cuando me fui lo dije, que en las manos que estaba el Industrial estaba abocado a caer y han conseguido lo que muchos no queríamos. Yo le tengo mucho cariño y la van a hacer desaparecer, debe empezar de cero".