Golpe de efecto total del Conil en el feudo del Pozoblanco, donde se impuso haciendo valer su poderío a balón parado para quedarse con tres puntos. Un gran triunfo. Lo cierto es que el equipo cordobés llevó el peso y las ocasiones en la primera parte, aunque demostró con errores en la definición que no es casualidad que acumule cuatro derrotas consecutivas. Tras el descanso el equipo de Javier Zafra dio un paso al frente, presionó mucho más y la expulsión de Fran Moreno hizo mucho daño al Pozoblanco porque en esa acción Rafa Marín, otra vez a balón parado, anotó el decisivo 1-2 que aporta más fuerza al proyecto conileño.

Al final, empate que no satisface a ninguno, aunque el Cartaya se quedó especialmente tocado. En situaciones así, de emergencia, fallar lo que falló ayer acaba condenándote. La esperanza, por agarrarse a algo, es que ya llega a la portería contraria. La Olímpica salió viva y encima pudo ganar con una ocasión en el minuto 88.