Más difícil todavía para el Guadalcacín, que se desplaza bajo mínimos a Lucena en una estación más del particular vía crucis de esta temporada, que contempla un episodio de lo más complicado por la falta de efectivos, que se une a la acumulación de partidos que están soportando los futbolistas que aguantan el chaparrón y capean el temporal defendiendo como pueden la elástica azul, lo que no es poco a tenor del panorama y de un descenso ya inminente.

Y es que el horizonte de la visita al Ciudad de Lucena es para echarse a temblar: con las bajas de Diego Galiano (lesionado), Luis Castillo y Rosales (sancionados) y Gómez (exámenes), a Jesús Mendoza, entrenador de los jerezanos, le quedan 11 futbolistas del primer equipo para el desplazamiento a tierras cordobesas: los porteros Jesús y Lebrón; los centrocampistas Marín, Juanjo, Juanma Carrasco, Pulido y Regalí; y los atacantes Robert, Fran Jiménez, Germán y David Piñero.

A estos se unen cuatro canteranos, los juveniles Fernando, Jacinto y Benítez y el cadete Beni, porque José Ángel, central juvenil, sigue con molestias y no podrá ser de la partida.

Cabe resaltar que en la expedición no figura ningún defensa nato salvo el cadete Beni, porque Pulido, que ha estado jugando toda la temporada en el centro de la defensa, es centrocampista. En Lucena, Mendoza tendrá que improvisar, una vez más, una alineación y el principal quebradero de cabeza es quién acompañará a Pulido en el eje de la zaga, porque no está ni el de siempre (Rosales) ni su sustituto habitual (Luis Castillo).

Entre las opciones están situar a Marín en el lateral derecho y a Juanjo, quizá el futbolista con mayor capacidad defensiva de los que quedan, junto a Pulido en el centro de la defensa, con la banda izquierda para Beni y Juanma Carrasco. Fernando y Jacinto o Benítez formarán el doble pivote, sin descartarse que los tres juveniles puedan jugar juntos formando un 'trivote'.

Con tamaño panorama, Jesús Mendoza, entrenador del Guada, trata de motivar a los suyos para que "compitan, porque es lo que nos queda: competir con la cabeza alta y tratar de hacerlo lo mejor posible" aunque tanto el técnico como los futbolistas saben perfectamente que el equipo está poco menos que cogido con alfileres, además de que físicamente ya están acusando la acumulación de partidos los jugadores que más minutos han tenido que disputar por la falta de relevos.