El Hércules, con la permanencia conseguida desde hace una semana, puede convertirse en verdugo del Murcia, que está obligado a ganar en Alicante y esperar a que el Mirandés no lo haga en Córdoba para evitar el descenso.

El encuentro entre alicantinos y murcianos estará marcado, además, por las dudas que ha generado la retirada del partido de las casas de apuestas sobre la existencia de un hipotético amaño que favorecería el triunfo del conjunto murciano y el presidente de la Liga, Javier Tebas, anunció en Cope que "la Liga va a pedir que se investigue".

La sombra de la sospecha deja en un situación complicada al Hércules y, en especial, a su técnico Quique Hernández, que medita la posibilidad de dar entrada en el once titular, o bien durante el partido, a futbolistas que han disfrutado de menos minutos.

El Murcia, con el ánimo de un equipo prácticamente descendido, apurará las escasas posibilidades que todavía le quedan para mantenerse en la Liga Adelante. Una sola victoria en doce partidos han metido al conjunto grana en una situación desesperada, cuando en el tramo inicial de la temporada se pensaba que era un bloque con serias opciones de pelear por el ascenso.

El entrenador grana lo tiene claro y ha dicho públicamente que "hay que trabajar hasta el final y acabar la temporada con dignidad", aunque es consciente del descenso. Para este encuentro, el cuadro murcianista tiene muchas bajas, pues a las de los lesionados Mario Marín, José Manuel Catalá y Jonatan Gómez, se suman otras como las del sancionado Oscar Sánchez, y las de Emilio Sánchez y Cristian Garcían, quienes arrastran molestias físicas.