Deportes

Ira en la calma más tensa en el Bernabéu

  • Florentino Pérez volvió a oír gritos pidiendo su dimisión ante el Getafe

Nada hay como el Santiago Bernabéu para pulsar el ánimo de la hinchada del Real Madrid: hay ira y una tensa calma que permite adivinar días inciertos para el club blanco.

Lo habitual es acudir a un campo del fútbol con ánimo de presenciar un espectáculo que distraiga de la rutina y las preocupaciones diarias. Pero hace tiempo que el Santiago Bernabéu se convirtió en un lugar alejado de lo que en teoría debe proponer un centro de ocio.

El partido del sábado ante el Getafe fue la prueba. En circunstancias normales, un 4-1 y bonitos goles deberían servir como argumentos para reforzar los lazos de unión entre hinchada y equipo. No es lo que ocurrió.

El encuentro llegó inevitablemente marcado por los sucesos del miércoles, cuando el Real Madrid incurrió ante el Cádiz en una falta de alineación indebida del ruso Cheryshev que lo aboca a quedar expulsado de la Copa, salvo inesperada pirueta jurídica.

Fue el colofón a una etapa marcada por múltiples sucesos que erosionaron gravemente la imagen del club, aspectos como los cambios constantes de entrenador, la fría despedida de Casillas, el fichaje frustrado de De Gea o la reciente derrota 0-4 en casa en el clásico ante el Barcelona.

El hincha del Real Madrid acudió el sábado al estadio Santiago Bernabéu cargado de adrenalina y con ánimo de señalar culpables. Primero, silbó al joven Cheryshev, luego abucheó estruendosamente al entrenador Rafael Benítez y finalizó el pliego de cargos con un grito que amenaza con convertirse en clásico: "¡Florentino, dimisión!". Sí, el presidente Pérez está más señalado que nunca en su segunda etapa.

Es cierto que la excelente primera parte del equipo ante el Getafe, con cuatro goles, ayudó a mitigar los reproches. Pero luego, al comienzo del segundo tiempo, volvió a escucharse: "¡Florentino, dimisión!". Y se añadió otro detalle imprevisto: hubo quienes abuchearon los propios abucheos al presidente. Todo un concierto en mitad del desconcierto.

Con este clima entró el equipo en la segunda parte. Y, quién sabe, quizá pudo influir en el "apagón" que sufrieron los jugadores, quienes desaprovecharon la oportunidad de darle una satisfacción completa a sus hinchas. Por eso volvieron los silbidos al juego y cuando llegó el final del encuentro el estadio estaba ya medio vacío.

Por si acaso, el himno del Real Madrid volvió a sonar atronador por la megafonía del estadio cuando finalizó el encuentro, con el obvio propósito de tapar los nuevos silbidos de censura. La paz por la famosa décima Copa de Europa ya es pasado y las aguas bajan cada vez más turbias.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios