"Jerez es especial, es el único sitio en el que se oía gritar a la afición"
Kevin schwantz. campeón del mundo de 500cc en 1993
El tejano espera a los aficionados en junio en el Circuito: "Que no me fallen, les espero para demostrarles que no se me ha olvidado pilotar una bestia de 500 cc y dos tiempos".
Listo para volver a la pista en junio en el Circuito de Jerez, Kevin Schwantz reflexiona sobre la era mágica, reviviendo unas carreras inolvidables. El tejano no tiene complejos para afirmar que Wayne Rainey era el piloto en el que se medía cada fin de semana, al tiempo que reafirma su total compromiso con la que fue su marca: Suzuki.
-Se confirma su participación en el World GP Bike Legends. ¿Qué supone este reencuentro con la moto con la que ganó un Mundial de 500cc y con los pilotos que lucharon contigo a lo largo de los 90?
-Para mí sigue siendo algo tremendamente maravilloso cada vez que vuelvo a montarme en mi moto del Campeonato del Mundo de 500. ¡Y hacerlo en Jerez es algo aún mucho mejor! Estoy loco por que llegue el mes de junio.
-Es un piloto muy especial, porque habiendo conseguido tan sólo un título mundial es una gran leyenda del motociclismo y todos los aficionados le recuerdan con cariño. ¿A qué piensa que es debido?
-Resulta increíble comprobar que la gente aún se acuerda de ti, que cuando se encuentran contigo siguen mirándote con expresión de asombro y felicidad. ¿Qué porqué los fans siguen queriéndome y conservándome en el recuerdo? Pues la verdad es que no lo sé. Quizá sea por mi estilo de pilotaje, o tal vez por mi personalidad, o puede que sea la combinación de ambas cosas. No me preocupa mucho indagar en las razones, pero lo cierto es que, tras veinte años retirado, conservo aún muchísimos fans y eso es algo que adoro.
-Su fidelidad a Suzuki le impidió, más que probablemente, conseguir más entorchados mundiales. ¿Se arrepiente de alguna de esas decisiones que tomó estando en activo?
-Es cierto que mucha gente me dice que debía haber cambiado a Honda o Yamaha en algún momento de mi carrera deportiva. Que así me hubiera hinchado a ganar títulos mundiales. Pero la Suzuki era una moto enteramente diseñada para mí y con la que tenía una compenetración muy especial. Además, en Suzuki contaba con un equipo volcado en mí y con los que tenía una relación fantástica. La compenetración que conseguimos piloto-máquina-equipo no se dio en ninguno de los otros pilotos que estuvieron en Suzuki en esa época. Puede ser que a lomos de una Yamaha o una Honda hubiera ganado más campeonatos, pero eso ya no lo sabremos nunca. Además, dudo mucho que hubiera llegado a disfrutar lo mismo. Lo que sí sé es que ¡Suzuki y yo lo pasamos muy bien juntos y realizamos un trabajo excelente!
-De vuelta a Jerez, un escenario de ensueño… y de pesadillas para Kevin Schwantz, que vio cómo se le escapaba el triunfo en 1989 al sufrir una caída cuando cabalgaba en solitario hacia la meta. ¿Qué recuerdos prevalecen de Jerez para Kevin Schwantz?
-¡Tengo tantos recuerdos de Jerez! Debuté en el Mundial en 1986, pero ese año comencé a mitad de temporada y solo hice cuatro carreras con una moto poco competitiva. Al año siguiente nos presentamos en Jerez para la segunda carrera de la temporada, primera en Europa. No estuvimos en Japón, que era la cita inaugural y llegamos al circuito español muy justos de tiempo. La moto era nueva y todo eran incógnitas. Fue una carrera que no olvidaré. La parte final de la carrera me vi envuelto en una frenética lucha con Sarron, Mamola y Chili por el quinto puesto. Al final fue mío, y me supo como una victoria. En ese momento, para mí, estar luchando con estos pilotos era algo salido de un sueño. Un recuerdo menos positivo fue mi caída de 1989, cuando iba en cabeza. Por supuesto que no es un gran recuerdo para mí, pero hay que entender que éramos una combinación explosiva: un piloto inexperto y una mecánica también demasiado nueva y con mucho por desarrollar. Desde luego que eramos rápidos y podíamos ganar en cualquiera de las carreras de ese año, pero también sumamos un interesante número de abandonos debidos a caídas, unas veces, y roturas de la moto, otras. Como es lógico, mi mejor recuerdo de Jerez es mi triunfo en 1993. Ese año fue Barros el que pagó la novatada y se cayó cuando iba primero. Yo había hecho la pole y me las prometía muy felices, pero me las tuve tiesas con Rainey toda la carrera. En ocasiones las pasé canutas ¡Llegué a salirme de la pista en una ocasión! Y hasta tuve que cambiar la trazada en algunas curvas para poder seguir con él. Pero al final llegó el triunfo y con él uno de los días inolvidables para mí. Ganar en Jerez es tan especial... Allí es quizá el único sitio que recuerdo en el que oíamos los gritos de la afición en plena carrera. ¡Era una olla a presión!.
-¿Cuál de sus rivales en el Mundial le resultaba el hueso más duro de roer?
-Sin lugar a dudas que Wayne Rainey era ese hueso malditamente duro de roer. Ha sido para mí el rival más difícil. Llegué a pensar tanto en él que, para mí, planteaba las carreras de la siguiente manera: si vencía a Wayne el fin de semana había sido un éxito y si perdía el duelo con él el fin de semana había sido un fiasco. El resultado final era lo de menos. Podía ganar una carrera, pero si Wayne no había estado en la pista -por rotura o lo que fuera- no me sabía igual de bien que un tercer puesto con él cuarto… Para mí no hay dudas: Wayne Rainey es el piloto entre pilotos.
-Moto GP vs 500cc… ¿Cree que el espectáculo se ha resentido con la llegada de las motos de cuatro tiempos o ve este paso como una evolución lógica en el mundo de la competición?
-Sinceramente, no creo que el espectáculo llegue a los niveles de nuestros tiempos porque ahora hay demasiados controles electrónicos. Ahora la moto ofrece un comportamiento más homogéneo toda la carrera. En nuestros tiempos, las primera vueltas eran horrorosas. Con el depósito lleno la moto se negaba a inclinarse y la dirección era todo un desastre. Luego, a medida que se gastaba la gasolina, la moto cambiaba muchísimo de comportamiento. Eso hacía las carreras impredecibles. Podías pasarte la mayor parte de las vueltas séptimo o sexto y, en las vueltas finales, con una moto mucho más ágil, remontar y hasta lograr la victoria. Estas mejoras en la electrónica también está permitiendo que la carrera de los pilotos se alargue en el tiempo. La electrónica está haciendo que la competición sea más segura. Esto es bueno para los que se suben en la moto, pero no tanto para el aficionado.
-De los pilotos que compiten en la actualidad ¿Cuál cree que es el mejor? ¿Ve a alguno capaz de marcar una época?
-Por sus resultados y su brillante trayectoria, si no el mejor, sí el más completo es Valentino Rossi. Ten en cuenta que lo ha ganado absolutamente todo en lo que ha participado: 125cc, 250cc. 500cc y Moto GP. Además, a sus 36 años aún se muestra competitivo y capaz de luchar con Márquez y compañía por el campeonato de este año. Márquez ha sorprendido a todos y ha hecho una campaña 2014 excepcional, pero las diferencias con Lorenzo y Rossi no son muy amplias. Creo que 2015 puede ser una temporada apasionante.
-Qué le diría a los aficionados para que acudan en masa el 21 de junio a disfrutar del World GP Bike Legends?
-Yo les diría a todos que no me fallen. Les espero allí para hablar con ellos, hacernos fotos juntos, celebrar mi cumpleaños, escuchar buena música… Y para demostrarles que aún no se me ha olvidado cómo se pilota una bestia de 500cc y dos tiempos. ¡Que se preparen el resto de los chicos, Kevin ha vuelto!
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