El 1 de febrero, Memphis accedía a una multitudinaria operación de traspaso y Pau, de súbito, se vio en los míticos Lakers luchando por el anillo. El sí de su hermano Marc fue definitivo en el canje: a cambio de Pau, Memphis recibió los derechos sobre el menor de la saga. Debutó antes los Nets con 24 puntos y 12 rebotes. "Estoy como en una nube, para mí es muy importante porque no cabe duda que Lakers es un franquicia líder, histórica. Estoy muy halagado de poder ser parte de ella, muy ilusionado, con ganas de empezar a estar ya con el equipo y adaptarme a mi nueva situación. De la noche a la mañana he pasado de estar en una situación difícil, complicada a nivel de grupo y de juego, a una situación casi inmejorable", aseguraba dos días después del canje.

Su sociedad con Bryant fue brillante y catapultó a L.A. al liderato del Oeste y a la candidatura al título. En la postemporada, llevó a L.A. hasta el título del Oeste con un juego brillante. Gasol como angelino, casó mayor lucimiento a su concepción coral del juego. No obstante, en la Final de la NBA, la genialidad del Fab Three de Boston superó a los Lakers, que vivieron la derrota ante su histórico rival.

Ya esta temporada, Pau y los Lakers son máximos favoritos al anillo de la NBA. El catalán, que recibe críticas por la presunta poca consistencia de su juego, a las que responde con 17,3 puntos, 9,2 rechaces, 3,6 asistencias y un porcentaje de acierto en sus tiros del 55,3%. En la estadística de efficiency, similar a la valoración ACB, pugna con el mismísimo Kobe Bryant por ser el mejor de su equipo. "Me he ganado el respeto y consideración de todos en la Liga. Me lo he trabajado y me lo he ganado a pulso", decía al principio de la temporada. El anillo refrendaría su condición de estrella de la NBA en una historia que comenzó diez años atrás.