fútbol lSegunda División B

Lección de madurez ante un aspirante

  • La Balona, que va de menos a más, da la cara en un campo muy complicado

La Balompédica no se rinde. El equipo de Rafa Escobar sumó un meritorio empate en Lucena, que se traduce en su primer punto ante uno de los cuatro primeros clasificados, y sigue afincado a orillas de las plazas de liguilla. Y, lo que es más importante, una escuadra que ayer volvió a dejar patente que tiene las mil y una carencias que todo el mundo conoce, sigue siendo capaz de reinventarse no ya en cada jornada, sino dentro de un mismo partido, para amortiguar sus limitaciones hasta tal punto que se permite el lujo de seguir codeándose con los más grandes. Bienaventurados los que conocen sus deficiencias, porque en sus manos tendrán las soluciones.

El Lucena no logró convertirse en el verdugo de la Balona. Y eso que durante todo el primer tiempo el equipo aracelitano llevó el peso del juego. Es verdad que la sensación de superioridad era infinitamente superior a su reflejo en ocasiones, pero no es menos cierto que durante esos primeros cuarenta y cinco minutos el de La Línea fue un conjunto timorato, desajustado.

La segunda mitad tuvo una historia muy diferente. En primer lugar porque cambió la actitud de los visitantes, cuyos jugadores más adelantados elevaron hasta el infinito su trabajo defensivo, dificultando el pelotazo en largo de los de Falete.

El intercambio de golpes en las áreas, empero, continuó. Obregón estrelló el esférico en el lateral de la red (48') después de un corner y en el 51' llegó una de las claras claras para los visitantes. Juampe Rico, intermitente, burló la vigilancia de los rivales, llegó a la cal y certificó el pase de la muerte. Bello golpeó bien, pero Coca replicó con un paradón impresionante.

Llegó entonces el momento clave. Escobar, desde la grada, sacó del campo a Iván Collado, colocó a Alberto Merino en el lateral derecho y situó a Ezequiel en el eje de la medular. Los que arremeten por sistema contra los cambios del técnico cordobés tienen ahora motivo para esconderse. En el tramo final el partido se convirtió en una ruleta rusa. La Balona sigue quinta y ya no dobla la rodilla.

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