motociclismo

Lorenzo y su mal momento

  • El balear, en su 2º año en Ducati, sigue sin adaptarse y protagoniza su peor inicio desde su salto a MotoGP

Jorge Lorenzo no lo esconde. Está en el peor momento desde que aterrizara en Ducati hace algo más de un año. Cambiar de equipo nunca es fácil; hacerlo de uno ganador -tres títulos consiguió con la marca de los diapasones- a otro que es aspirante, más aún. Se suele considerar el primer año de transición: nuevo equipo, nuevo 'staff', moto completamente distinta... Los resultados en 2017 no fueron buenos y la comparación al otro lado del 'box', donde Dovizioso -que lleva años de ventaja sobre la Desmosedici- peleó el título hasta la última carrera, no hizo sino acrecentar esa distancia.

2018 era el año señalado para el resurgir del tres veces campeón de MotoGP. Sin embargo, Jorge Lorenzo está ante su peor inicio desde que diera el salto a la cilindrada reina. Llegará a Jerez con muy pocos puntos (6), sin adaptarse a una moto que tampoco es la indómita de años anteriores -Dovi lo acabó demostrando el pasado año- y con los rumores apuntando hacia una posible salida a Suzuki si no renueva con Ducati. En la casa italiana tienen claro que hay que 'premiar' al subcampeón del mundo y, para ello, la oferta de renovación del balear sería a la baja, lejos de las cifras que le sedujeron para dejar Yamaha.

Cinco podios de Ducati en Jerez: 4 terceros puestos y la victoria de Capirossi en 2006

Para colmo, la relación entre los pilotos de Ducati no parece atravesar por el mejor momento. En Argentina, Andrea Dovizioso -ganador en la primera carrera celebrada en Qatar y líder del mundial- aseguró saber dónde estaba el problema de Lorenzo con su montura aunque se guardó la información para sí. La respuesta del balear fue tajante: "A lo largo de toda mi carrera, Dovi siempre intentó minarme un poco la moral, y lo sigue haciendo ahora que soy su compañero de equipo. No es algo nuevo". Puede que el 'mal rollo' venga del año pasado. En Sepang, Lorenzo recibió el aviso del 'box' de dejar pasar a su compañero, que peleaba el título con Márquez. En aquella ocasión, el balear explicó que, simplemente, no había visto la señal. En Valencia, en la última carrera y con el título en juego, Lorenzo recibió la misma señal pero entonces decidió no acatarla porque, según explicó después, en ese momento estaba tirando de su compañero de equipo, algo que corroboró a su manera el italiano cuando fue preguntado: "No podía pasarlo en las primeras vueltas y al final me he sentido cómodo y podía pilotar más fácil, y creo que al final me ha ayudado en este sentido pues durante el fin de semana no había sido capaz de pilotar bien", dijo entonces el italiano echándole un capote.

El nivel de Jorge Lorenzo está a años luz de sus mejores días. En Qatar, un problema de frenos le provocó una caída cuando rodaba en la decimotercera posición en una carrera inaugural en la que venció su compañero de equipo; en Termas de Río Hondo se tuvo que conformar con un punto gracias a un discretísimo 15º puesto; y en Austin, sólo pudo ser undécimo por detrás incluso de las Ducati no oficiales de Tito Rabat y Jack Miller. Los números, se mire por donde se mire, son malos. "Carrera para olvidar, nunca tuve ritmo de carrera. Estoy triste y decepcionado. Probablemente este sea el momento más duro desde que estoy en Ducati. Esperemos que en Europa mejore la cosa", comentaba en MovistarGP el balear tras concluir el gran premio.

Ahora, llega Jerez, circuito que no se le da nada bien a las Ducati. En la máxima categoría sólo se contabilizan cinco podios y de ellos una única victoria, la de Loris Capirossi en 2006. El resto son terceros puestos: Troy Bayliss (2003), Casey Stoner (2009), Nicky Hayden (2011) y precisamente Jorge Lorenzo -ganador en tres ocasiones en Jerez con Yamaha- el año pasado.

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