"El miércoles me desperté nerviosa y hoy -por ayer- lo hice tranquila". Ana Botella, alcaldesa de Madrid, sonreía de oreja a oreja. Y, en efecto, relajada. Ella, igual que el equipo de la candidatura española, ve más cerca que nunca la conquista de los Juegos.

A pocos metros, el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, se entusiasmaba con su secretario de Deportes, Miguel Cardenal. "Secretario: el sábado me vi los últimos puntos de la final del Eurobásket de baloncesto femenino, campeonas, ¿qué me cuentas?". Cardenal sonrió, todos sonreían en una delegación que parecía ayer el anuncio de una pasta dental. Tras dos años de sufrir y dudar, porque la crisis económica española volvía una y otra vez como pregunta cada vez que Alejandro Blanco y los suyos intentaban vender Madrid 2020, había llegado el momento de disfrutar.

"Pero, ojo, ¡no ganamos nada! Hay que seguir trabajando", dijo Cardenal, quien no ocultó la satisfacción por el hecho en el que ayer coincidió toda la prensa internacional: Madrid ganó a Estambul y Tokio el miércoles en la ronda de presentaciones ante los miembros del COI, esa misma ronda que cuatro años atrás fue clave para Río de Janeiro.

La "estrella del día", como fue definido don Felipe por varios miembros del COI el miércoles, no hablaba ayer con los medios, pero también sonreía. Inconfundible gracias a su estatura, caminaba por los pasillos del Hotel Palace de Lausana arrastrando atrás a toda la comitiva de Madrid 2020. Primero Rajoy, luego Blanco, después Botella. Y en el medio, muchos. "Madrid sale con ventaja", confirmó en su análisis el diario japonés Yomiuri Shimbun, uno de los más influyentes del país.

Y Rajoy pareció contagiarse del optimismo reinante en un ambiente que disfruta mucho más, el del deporte. "A mí me gusta mucho el deporte y sigo los Juegos Olímpicos desde que era pequeño. He estado con unos cuantos campeones olímpicos por aquí y les he contado su historial, a veces lo sabía yo mejor que ellos", dijo el mandatario español.

En el cuartel de Tokio las cosas eran diferentes, con la circunspección propia japonesa. "Las tres hicieron muy buenas presentaciones", dijo el jefe de la candidatura nipona, Tsunekazu Takeda, cuando se le insistió acerca de la ventaja que parece tomar Madrid. No entró a valorar. Hasan Arat, el jefe de Estambul 2020, se tomaba las cosas de otra manera. La presentación turca había sorteado el mayor obstáculo, el de las dudas por la efervescencia popular y la dura reacción del primer ministro. La de esta semana fue la última cita oficial en la recta final de las tres candidatas. Quedan dos meses hasta la asamblea general de Buenos Aires. Y, por primera vez, Madrid siente que está en ventaja. Su objetivo ahora es no perderla.