El Real Madrid sesteó en el comienzo de partido buscando, quizá, la victoria por el camino del menor esfuerzo posible y tuvo que ajustarse los machos para acabar ganando sin demasiados apuros a un Xacobeo que aguantó tres cuartos. El Xacobeo mandó en el marcador durante quince minutos y quince segundos (9-22 en el minuto 8). Fue una especie de huelga de brazos caídos en defensa y de desinterés en ataque. Tras una buena y opípara comida parece obligatoria la siesta, y es lo que, a lo mejor, le pasó al equipo local: ganó en Estambul, sabe que tiene que hacerlo el próximo jueves ante el Maccabi y el Xacobeo no pareció un rival de cuidado.