El clásico del domingo asistió a la mejor versión de Lionel Messi, lo que equivale a decir que resurgió uno de los mejores futbolistas de la historia en plenitud. Él, sólo él, obró una especie de milagro dentro de un Barcelona lleno de defectos y hoy la pregunta es: ¿Puede un solo jugador hacer ganar una Liga?

Eso se sabrá a final de temporada. Por lo pronto, Messi salvó un match-ball para el Barcelona. De perder ante el Real Madrid, el conjunto azulgrana hubiera entregado virtualmente el título a los blancos. Pero el argentino, con dos goles y una actuación portentosa, permitió a los suyos convertirse en el nuevo líder del torneo gracias al 2-3 en el Santiago Bernabéu.

"Fuimos al Bernabéu a ganar para poder seguir luchando por la Liga. Queda aún mucho camino, pero nos volvimos con la alegría de haber dado un paso importante", señaló Messi ayer en un mensaje en Facebook.

Es cierto que el Barcelona todavía no depende de sí mismo, pues el Real Madrid está igualado a puntos y tiene aún un partido pendiente que fue aplazado en febrero. Pero Messi, de 29 años, quiso que su equipo permaneciera en la pelea, lo que no es poco después del desánimo generado entre sus hinchas tras caer en la Liga de Campeones.

Su actuación remite a las mejores que jamás haya tenido el argentino. Después de intrascendentes encuentros en las últimas eliminatorias de Liga de Campeones, incluida la que determinó la eliminación del Barcelona ante la Juventus, Messi mostró, y nada menos que en un clásico, todo lo que se le pide a un jugador con cinco Balones de Oro: liderazgo, furia, clase, goles...

Todo eso, y mucho más, fue suficiente para derribar a un Real Madrid incapaz de encontrar soluciones tácticas y futbolísticas para detener al astro del Barcelona.

Porque, más allá del argentino, lo cierto es que el Barcelona mostró muchos de los defectos que viene acusando esta temporada, y más concretamente durante los últimos dos meses. Cosas como fragilidad defensiva, dificultad para dominar los partidos, falta de profundidad, distancia entre líneas o bajo momento de jugadores vitales como Luis Suárez, Iniesta y otros.

Naturalmente, la prensa se rindió ayer al argentino. "Otra noche para la historia, otra obra de arte que no olvidaremos. El fútbol es propiedad de Messi, y se lo volvió a explicar a todo el planeta con una de las actuaciones más memorables que se recuerdan en un clásico", aseguró Sport. Para Marca, "Messi decidió que hay Liga", mientras As dictaminó que el argentino "reinó en un partido de locura, en un homenaje al fútbol".

La cuestión es ver si Messi podrá sostener una actuación tan memorable cada semana y si el Barcelona añadirá más piezas a su arsenal que ayuden al equipo cerrar la temporada con éxito -un doblete de Liga y Copa- tras verse cerca del precipicio.

Por lo pronto, lo que sí demostró Messi es que a sus 29 años no se ha cansado de jugar partidos, de decidir clásicos y de acercar a su equipo a los títulos. Lo que nadie sabe es si él solo puede ser suficiente para ganar la Liga.