MOTOCICLISMO

MotoGP, un país en estado de emoción

  • El conflicto de Cataluña no empaña el protagonismo español en el Mundial, con Viñales 'pole' en Motorland y Lorenzo segundo

  • Heroico Rossi, tercero en parrilla, sólo 23 días después de fracturarse tibia y peroné

Viñales, Lorenzo y Rossi, primera línea de parrilla hoy en Motorland

Viñales, Lorenzo y Rossi, primera línea de parrilla hoy en Motorland

La grave crisis institucional que estos días vive España no es el foco de atención en el Mundial de Motociclismo. Tan sólo han trascendido las incendiarias declaraciones del piloto Aleix Espargaró que, como si de una cabra se tratara, decidió echarse al monte y después pidió disculpas. Recordar sus exabruptos sería como escupir al cielo o ponerse a la altura que evidenció el de Granollers, muy equidistante de la concordia general que impera este fin de semana en el Gran Premio de Aragón, comunidad autónoma limítrofe con una Cataluña sumida en preocupante rebelión.

Lejos del mundanal ruido político, MotoGP es como un país sin fronteras en estado de emoción permanente. La excepción la ponen sus figuras. Por muchas nacionalidades que aglutine, en este deporte acelerado ondea una única bandera universal, en convivencia fraternal y cosmopolita, sin enfrentamientos por razones de credo, lengua o cultura. La lucha entre pilotos de orígenes muy diversos se basa en la legalidad democrática de la justicia deportiva, con efectivas y modernas reglas de juego. Todos se respetan y saben a qué atenerse, asumiendo sin polémicas estériles que sólo gana uno, mientras que el segundo es el primero de los perdedores, pudiendo reivindicar el derecho a ganarse (no a decidir) una mejor posición cuando se presente la ocasión. No queda otra, ni hay interpretaciones que valgan, en motociclismo el cronómetro manda, no hay trampa ni cartón, ni se aceptan reclamaciones histéricas.

Las batallas de MotoGP se dirimen en 18 circuitos de todo el planeta, a más de trescientos kilómetros por hora. Ahí es donde se acaban todos los conflictos y se dicta sentencia con la victoria del piloto que primero cruza la meta. Así de sencillo y justo es este deporte que homenajea a sus ganadores con la enseña e himno del país al que representan, siendo el de España el más sonado año tras año. Sin ir más lejos, los pilotos españoles acapararon 16 triunfos en 2016, seis más que los italianos, correspondiendo 11 de ellos a la categoría de MotoGP, cinco a Moto3 y dos a Moto2. Continuando con ese dominio aplastante, de las trece pruebas que el Mundial lleva disputadas este año, sólo en Italia dejó de oírse el himno español y, por si fuera poco, nuestros representantes se mantienen en el liderazgo de triunfos, pues son ya 20 las victorias cosechadas (10 de ellas en Moto3), sumando tres más que los eternos rivales de Italia, segundos en el ranking, mientras que Suiza es tercera con dos primeros puestos, seguida de Japón con un sólo triunfo. Así de selectivo es el reparto de méritos en un Mundial de Motociclismo que cuenta con pilotos de los cinco continentes.

En este 2017 quedan todavía 15 victorias por dilucidarse en los cinco últimos grandes premios, comenzando por el que hoy se celebra en Motorland de Aragón, que suscita grandes expectativas para los pilotos de nuestro país. Las opciones de éxito son muy altas si tenemos en cuenta que las 'pole position' de MotoGP y Moto3 corresponden a nuestros representantes. Comenzando por la pequeña categoría, el aguerrido Jorge Martín ocupará el primer puesto de salida, mientras el líder Joan Mir, que está a punto de sentenciar el título, lo hará en el sexto puesto tras unos entrenamientos en los que ambos sufrieron caídas. Entre los candidatos al éxito también hay que contar con el andaluz Marcos Ramírez, que saldrá décimo en parrilla dispuesto a destacar como ya lo hizo en Alemania con el tercer puesto del podio.

Pero Moto3 es sólo el aperitivo. La máxima expectación de esta prueba aragonesa se centra en la máxima cilindrada, que propone una épica batalla entre las tres grandes figuras llamadas al título, Márquez, Dovizioso y Viñales, con el permiso previo de un heroico Rossi (cuarto en liza) que, para sorpresa de incrédulos, logró el tercer puesto de parrilla. Tan sólo 24 días después de fracturarse tibia y peroné, el nueve veces campeón del mundo dejó sin palabras a propios y extraños, no ya sólo por el rápido regreso a la competición, sino por mostrarse nuevamente competitivo con la pierna aún maltrecha, quedándose a sólo una décima de la 'pole' lograda por su compañero Viñales y casi con el mismo tiempo que un agresivo Lorenzo, segundo en la parrilla de MotoGP y dispuesto a reverdecer laureles.

El líder del Campeonato, Marc Márquez, saldrá en quinta posición, tras dos nuevas caídas en entrenamientos (ya lleva 22 este año), pero decidido a deshacer el empate a puntos que tiene en el Mundial con su máximo contrincante Andrea Dovizioso, que partirá en una extraña séptima plaza, justo detrás de Pedrosa. Amén de esas posiciones de salida, nadie duda que en carrera la batalla entre Marc y Andrea será para no perder detalle durante las 23 vueltas que deben realizar al precioso circuito de MotorLand. Ni que decir tiene que Maverick Viñales querrá aguarles la fiesta, pues no le queda otra para reducir los 16 puntos de desventaja que tiene con ellos en la clasificación.

Pero no nos engañemos, con independencia de esa disputa por el título, la gran atracción de esta carrera de Aragón será ver si el mito Rossi continúa rizando el rizo. Apareció en este Gran Premio con muletas, dejando con la miel en los labios al sustituto que le habían buscado. Su pretensión inicial era hacer un test y comprobar si estaba en condiciones de competir, pero no sólo se sorprendió a sí mismo y a los médicos con su rendimiento real, sino que Márquez, Dovizioso y Viñales le ven luchando por la victoria. ¿Sonará el himno de España o el de Italia? Quien ganará seguro es MotoGP, donde la política no empaña al deporte.

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue editor jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como jefe de prensa del Circuito de Jerez.

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