Fútbol

Mourinho: "A mí no me calla nadie"

  • El luso advierte que el éxito de la temporada no está en la consecución de la Supercopa: "Sólo es el torneo más importante del verano".

Al sol y sobre el césped, fiesta para el público y los jugadores. A la sombra y en la sala de prensa, un José Mourinho reloaded que lanzó una claro alerta de cara a la temporada que se inicia en el fútbol español: "A mí no me calla nadie".

El entrenador del Real Madrid, el más polémico y mediático entre sus colegas, ha ofrecido un gesto y un discurso mucho más relajado en las formas que la explosión de enojo, tensión y acusaciones del final de la temporada pasada, que lo llevó a ser sancionado por la UEFA. Pero en el fondo, su discurso siguió siendo el del jefe que no admite que le hagan sombra, algo que buscó dejar claro de cara a la ida de la final de la Supercopa de este domingo ante el Barcelona. "Estamos todos en el mismo barco", dijo acerca de la directiva del club. Y así, el portugués daba a entender que antes no era así. Cosa del pasado: con Jorge Valdano fuera del puesto de director general y lejos del club, su poder es ya total.

Así, ha buscado un golpe de efecto al abrir las puertas del estadio Santiago Bernabéu a cerca de 57.000 hinchas que siguieron una práctica que fue una fiesta-entrenamiento antes que una puesta a punto en serio. El trabajo, tras una exitosa gira de verano (boreal) por Norteamérica, Asia y Europa ya estaba hecho.

La Supercopa -cuyo partido de vuelta se jugará el miércoles a las 23:00 de la noche en Barcelona- es la primera cita oficial de la temporada 2011/2012, pero Mourinho ha optado por rebajarle la categoría con un análisis que no habrá sido del agrado de la Federación Española de Fútbol (RFEF). "Con el Inter hemos perdido supercopas y hemos hecho triplete de Liga, Copa y Champions después de perderla. La Supercopa es el torneo más importante del verano y el menos importante de la temporada. Más importante que el trofeo Pirelli o bwin, pero menos importante que el resto".

Sea o no importante la Supercopa, el hecho de que se la juegue ante el Barcelona le hace ganar categoría y pone al portugués ante la obligación del éxito. Fue ante el Barcelona, en la final de la Copa del Rey, que Mourinho logró su único título de la temporada, pero fue también con los catalanes que perdió la Liga -incluyendo la debacle por 5-0 en el Camp Nou en noviembre de 2010- y la semifinal de la Liga de Campeones, torneo ganado por los de Leo Messi y Josep Guardiola. "No me corresponde hablar sobre el Barcelona", dijo más de una vez hoy Mourinho, que logró despertar a toda una ciudad en las profundidades de un sábado de verano.

Prácticamente vacía, la capital española ha vibrado en el Bernabéu, mientras el resto se adormecía en una calma profunda. Una multitud muy joven, en la que se advertía una gran cantidad de turistas e inmigrantes, llenó tres de las cinco bandejas del estadio. Los jugadores respondieron con generosidad, divirtiendo al público con una especie de balonmano en campo reducido y un breve partido informal, entre otras atracciones.

Mourinho apareció con ajustados pantalones largos negros y atento a todo, moviendo los conos y siguiendo al detalle la práctica sobre un césped alto que no será del agrado del equipo visitante mañana.

Sergio Ramos, en duda para mañana, se entrenó sin aparentes problemas y fue convocado. "La única duda es Di María o Coentrao", dijo Mourinho tras un entrenamiento que se cerró con ovación del público: una docena de balones a las gradas para cerrar el entrenamiento y todos felices. De la tensión y el mal ambiente de hace unos meses no había rastros en el césped.

Para eso está la sala de prensa si de pasar mensajes se trata. Tras un "aprendí que no puedo decir las verdades", Mourinho insistió en lo "importante" que fue para él que la UEFA le rebajara levemente la sanción con que cerró la temporada anterior. Y enseguida anticipó que el año puede ser movido. "¿Veremos un Mourinho más calmado esta temporada, o a usted no le calla nadie?", le preguntó un periodista sirviéndole la respuesta. Y la respuesta fue clara: no, a Mourinho no lo va a callar nadie.

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