José Mourinho celebrará mañana ante el Betis los 100 partidos como técnico del Real Madrid, todo un hito para un club que en la última década se convirtió en una máquina de triturar entrenadores.
Se puede decir que Mourinho alcanza este logro en el mejor momento, con su equipo líder de la Liga española, cerca de los cuartos de la Liga de Campeones y alabado por alcanzar un estilo ofensivo y vertical. "Volvería a firmar por el Real Madrid. Es una experiencia que ha sido muy positiva y fantástica. Me está haciendo mejor profesional que antes", reconoció hoy de buen ánimo en rueda de prensa.
Mourinho vivió de todo en su casi centenar de partidos, tan intenso como es en su forma de trabajar y sentir. Desde sus peleas dialécticas con los árbitros y la UEFA hasta el aprecio incondicional de sus jugadores. Desde su enemistad con el Barcelona hasta la adoración de su propia hinchada.
Desde la llegada del portugués al club blanco, el Real Madrid disputó 99 encuentros, saldados con 76 victorias, 13 empates y 10 derrotas. Además, Mourinho se empeñó en desmentir su fama de entrenador defensivo: el equipo blanco marcó con él 271 goles y recibió 79. "Los números que estamos consiguiendo son muy buenos. Algunos entrenadores han conseguido cosas más importantes que yo. Mi intención es que los números sean cada vez mejores y se traduzcan en títulos, que es lo que pasa a la historia. Me gustaría ser algo más de lo que he hecho hasta hoy en el Real Madrid", destacó.
Ahora Mourinho atraviesa su etapa más plácida desde que llegó al Real Madrid, quizá por el óptimo momento de forma que atraviesa el equipo. Ahora los conflictos, especialmente con los árbitros, parecen haberse trasladado a Barcelona. "Me quejo menos porque ya he pagado mucho por eso. He estado muchos partidos fuera, me he gastado mucho dinero en multas, mi imagen se ha transformado a una persona que no soy de verdad. Intento estar lo más tranquilo posible pero sin perder mi naturaleza. Ya llegará un momento de cometer errores", explicó.
Pero todas estas palabras, tan diplomáticas, no quieren decir que Mourinho haya renunciado a la parte más guerrera de su personalidad. Así se evidenció con sus alusiones al Barcelona: "Hay gente mucho más inteligente que yo, que vende una imagen diferente, pero son iguales que yo". ¿Se refería a Josep Guardiola, el técnico del Barcelona?
Sea como fuere, el presente de Mourinho en el Real Madrid es exitoso. La cuestión es saber si el portugués tendrá también un plan de futuro en el club blanco. Tiene dos años más de contrato, pero nadie sabe si respetará lo firmado. No lo hizo con el Inter de Milán, antes de fichar por su actual equipo. "Me siento respaldado por el club al cien por cien. Siento confianza, respaldo, que tenemos un proyecto en común y ambición en común", concluyó. Fueron palabras amables, pero no tan contundentes como para despejar cualquier duda sobre su continuidad.
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