El Arcos de esta temporada se parece muy poco al de la pasada campaña. Para empezar, su nuevo presupuesto -120.000 euros- es un sesenta por ciento inferior al anterior. En segundo lugar, ha cambiado de presidente. Curro Manzano dejó la vicepresidencia y se ha decidido de una vez por todas a asumir el reto de encabezar una nueva directiva.

En tercer lugar, el cuerpo técnico también es completamente nuevo, la dupla Cortijo-Gordillo sustituye al integrado por Maqui y Fernández. La experiencia de los ex cadistas es garantía de solvencia deportiva y debe servir para dar confianza a una plantilla que había perdido el norte.

Los fichajes han sido selectivos, destacando en la portería la llegada del jerezano Jairo y al que Cortijo conoce a la perfección al haberlo tenido en el Bornense. No es el único que procede de este equipo, ya que también han 'caído' en el Arcos jugadores de la experiencia de Lagares o Archi. Pero por encima de todos, el refuerzo más destacado se ha hecho en la delantera y responde al nombre de Salamanca, un delantero centro que garantiza goles allá donde va y que tendrá la difícil misión de hacer olvidar a Sotelo, que marcó 28 goles la pasada temporada.

En lo institucional, el derrumbe del sector inmobiliario y de la construcción ha hecho poner los pies en el suelo a la directiva. A eso se une que las pretensiones económicas de los jugadores han bajado muchísimo con respecto a temporadas anteriores y lejos quedan ya los salarios que desequilibraban el presupuesto y que daban lugar a promesas que luego no eran posible cumplir. Y, por último, por una vez, el Arcos no parte como favorito al ascenso, lo que le libra de la presión de tener que estar en lo más alto de la tabla desde la primera jornada liguera. Aún así, la frase que más se viene a la mente de todos los integrantes del club y de los seguidores arcenses es "subir a Tercera otra vez".